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La historia de la ‘mayora’ Ernestina

La vida de Ernestina Suscue, colombiana, es un ejemplo de trabajo constante por mantener la identidad de su etnia nasa. Una etnia que le da valor a los tejidos hechos por las manos de estas mujeres colombianas. Ernestina es una de las artesanas fundadoras de “Enredarte con identidad”.

¿Qué es “Enredarte con identidad”?

Se trata de una red de artesanas de los municipios de la Montaña del Nororiente del departamento del Cauca, Caldono, Corinto, Jambaló, Toribio y Silvia. Tejer según sus tradiciones y costumbres, es uno de los objetivos de esta asociación. Son mujeres que viven en situación de vulnerabilidad. Ellas encuentran una oportunidad en tejer con sus manos.

Ernestina ha dedicado toda su vida al tejido. Labor que fue heredada de su madre y que tiene plasmada en su corazón como una labor fundamental de la mujer de su etnia. Sus primeros tejidos fueron la jigra y la cuetandera. Estos tienen gran significado ancestral y son elaborados solo con sus dedos. Una técnica de mucho valor y cuidado por todo lo que representa para su comunidad.

Formó su familia y, además de sus labores como ama de casa, Ernestina encontró a un grupo de artesanas como ella. Eran mujeres que vivían con altos índices de pobreza, pero también con muchas ganas de salir adelante y sueños por cumplir. Es así como empezó a ser parte de este grupo que empezó a organizarse para mantener sus técnicas artesanales. Lo que se convirtió, poco a poco, en su camino para mejorar las condiciones en las que vivían.

Gracias a formar parte de este grupo y de nuestro apoyo, han recibido capacitaciones para mejorar su forma de tejer y contar con unos ingresos de una manera más constante. Esto les permite poder llevar alimentos a sus hogares y a sus familias.

“El proyecto me ha regalado muchas cosas. Antes no tejíamos de forma constante. Ahora estamos tejiendo continuamente, sin perder la tradición. Antes no veíamos posibilidad de vender, ahora con los talleres que hemos tenido, valoramos nuestro trabajo y sabemos a qué precio vender”.

Un camino recorrido que está compartiendo

Ernestina ahora es viuda y su trabajo es un soporte fundamental para su hogar. Sus hijos y sus nietos están muy orgullosos de ella. Poder contar con los ingresos de vender sus mochilas hechas a mano y, de esta forma, tener un alimento garantizado para su hogar, ha hecho que su familia le apoye incondicionalmente.

Un camino recorrido que está compartiendo

Ella ha sentido cómo ha podido crecer como persona creyendo en sí misma. Ha podido ir a otras comunidades y compartir con otras mujeres sus conocimientos y experiencia. Siempre con el objetivo de que estas mujeres no pierdan sus saberes indígenas ancestrales y consigan una profesión. Ernestina ha transmitido a otras mujeres sus ganas de luchar y de sacar adelante a su familia.

Ella es una de las llamadas “mayoras” del grupo por sus años, por su conocimiento y por el respeto que se ha ganado en todo este tiempo. Es una de las líderes que está promoviendo legalizar la empresa para poder tener más posibilidades a la hora de acceder a los mercados y lograr unas mejores condiciones de venta.

“Compartir los saberes con otras comunidades indígenas en Cartagena fue una experiencia muy linda al explicarles la importancia de tejer. Ahora tenemos el sueño de tener nuestra propia empresa con las mujeres de Enredarte y poder crecer”.