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Innovando para la adaptación y mitigación del cambio climático en las comunidades de Ecuador: las microfinanzas verdes

El cambio climático nos afecta a todos. Sequías, inundaciones, plagas, incremento de la temperatura media del planeta… que producen hambrunas, reducción de las cosechas o desaparición de especie, son las consecuencias del cambio climático. Sabemos por qué se ha producido y afecta de forma más dura, a las comunidades más vulnerables.

Por esto, la integración de componentes de adaptación al cambio climático en iniciativas y proyectos de apoyo a emprendimientos productivos de poblaciones vulnerables, es un elemento esencial para favorecer un desarrollo sostenible y real ante la situación que vivimos.

Con este convencimiento, desde CODESPA estamos trabajando con pequeños productores de la provincia de Esmeraldas, en Ecuador, para impulsar el uso de tecnologías limpias. Además, promovemos la realización de acciones que les permitan adaptarse a los efectos del cambio climático a la vez que contribuir a reducir su impacto medioambiental. Y ello, tanto en su actividad productiva como en su vida diaria.

La importancia de la capacidad de inversión

Las claves para que los pequeños productores lleven a cabo estos cambios requieren: por un lado, que tengan conciencia de los impactos y consecuencias del cambio climático; y por otro, que tengan acceso a financiación para invertir en las herramientas y tecnologías adecuadas. Es decir, que tengan acceso a las llamadas microfinanzas verdes.

Las microfinanzas verdes ofrecen productos financieros y no financieros complementarios que promueven el cambio hacia el uso de energías y metodologías limpias, e implementar acciones, tanto para reducir, como adaptarse a los efectos del cambio climático.

Para hacer esto posible en una zona en la que el acceso a servicios financieros es muy limitado, desde CODESPA llevamos a cabo un estudio de los principales procesos productivos. El objetivo era determinar qué tipo de producto microfinanciero sería el más adecuado. Y teníamos que estudiar el uso de energía y sus emisiones de las diferentes cadenas productivas, los insumos que intervienen en sus procesos de producción, sus efectos colaterales y la generación y manejo de los desechos.

La recogida de información ofreció datos interesantes no sólo sobre las necesidades de financiación, sino también sobre el alto nivel de sensibilización medioambiental de las familias. El 94% de las familias encuestadas percibe la existencia de problemas ambientales.

Con la información obtenida se identificó un grupo de iniciativas en las que el acceso a microfinanzas verdes podría contribuir a generar procesos productivos limpios y más resilientes. Por ejemplo, el cultivo de camarón en tanques de geo membrana o en jaulas, los botes de pesca con motor central a diésel, la adquisición de kits de herramientas para cultivo de cacao orgánico o los sistemas de oxigenación para piscinas de camarón.

En los próximos meses se buscarán proveedores de tecnologías limpias para llevar a cabo iniciativas piloto a la vez que se diseñarán los productos financieros verdes que se espera que las instituciones financieras desarrollen y ofrezcan a los pobladores de la zona. Un proceso fundamental para lograr el desarrollo y sostenibilidad de la actividad productiva así como la vida fuera de la pobreza de las familias de Esmeraldas.

 

Autoría de la foto: © Miguel Lizana /AECID