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2000 familias vulnerables reducen sus riesgos ante los desastres naturales en Caraga, Filipinas

El informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos por Desastres de 2011 sitúa a Filipinas como el tercer país del mundo con alto índice de riesgo de desastres naturales.La propensión de Filipinas a diferentes tipos de desastres y el elevado impacto negativo en vidas humanas junto con la destrucción, son una amenaza continua al proceso de desarrollo. A lo largo de su historia, Filipinas ha sufrido desastres de diversa naturaleza en varias zonas y el número de pérdidas humanas, personas afectadas y pérdidas materiales ha sido elevado.  El impacto de los desastres naturales supone no solo la destrucción física de las estructuras si no también una interrupción y alteración de los servicios en las comunidades y la vulneración de derechos básicos como acceso a agua potable o educación y salud tras una calamidad.

Desde CODESPA hemos estado trabajando en la zona de Caraga donde la pobreza está considerada como uno de los factores subyacentes a la vulnerabilidad al padecer los peores efectos de los desastres naturales. La frecuencia de fenómenos naturales adversos hace peligrar las economías y la seguridad alimentaria de las personas.

En el marco del proyecto “Promover el buen gobierno en las unidades de gobierno local y la construcción de comunidades resilientes con especial incidencia en la Prevención de Riesgos de Desastres en Municipalidades de Caraga y Bicol, Filipinas” y gracias al apoyo de Fundación Roviralta, hemos apoyado a familias que viven en situación de vulnerabilidad, orientándoles, acompañándoles y realizando formaciones adaptadas para que puedan hacer frente y recuperarse ante un desastre. Estas familias se ven afectadas, principalmente, por inundaciones como consecuencia de fuertes y constantes lluvias, con unas grandes pérdidas socioeconómicas. Viven fundamentalmente de la agricultura y a pesar de los esfuerzos de los campesinos por modificar su calendario de cultivo teniendo en cuenta los periodos de fuertes lluvias e inundaciones, las pérdidas económicas siguen siendo elevadas, llegando a estar hasta cinco meses sin poder plantar ni cosechar al quedar sus cultivos inundados.

A través de este proyecto, hemos conseguido que el 10% de los gobiernos locales hayan preparado sus planes de desarrollo en los procesos de iniciación del Sello de Buen Gobierno Local para incorporar medidas para reducir la vulnerabilidad de la población.

Por otro lado, hemos realizado talleres participativos para el análisis de capacidades y vulnerabilidades de los campesinos. Los resultados han servido de base para la elaboración de los planes multianuales de desarrollo local. Además, hemos identificado modelos de negocios inclusivos con base local que sirvan de mecanismo para promover medios de vida alternativos y resilientes para las comunidades más vulnerables. Tras este análisis, se ha identificado como mejor opción, la producción de verduras y el fortalecimiento de su cadena de valor ya que su ciclo es menor lo que reduce el riesgo para los habitantes al generar ingresos con mayor frecuencia con cosechas semanales. También se ha identificado a una cooperativa local de verduras CROBEVMPC, como un modelo de negocio con potencial para incluir como proveedores a aquellos campesinos más pobres.

En total, 2.031 familias de cinco barangays de la región de Caraga, provincia de Agusan del Sur, Municipio de Esperanza han visto reducidos sus riesgos ante los desastres naturales gracias al desarrollo de este negocio inclusivo.