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Las microfinanzas para salir de la pobreza en Colombia

Las microfinanzas para salir de la pobreza en Colombia

Uno de los mayores problemas de los pequeños empresarios es la falta de acceso a liquidez. Esto les provoca situaciones de inseguridad en las que no pueden comprar las herramientas o materias primas que necesitan o incluso acceder a pagos a nivel familiar, como puede ser la escuela de sus hijos. En muchas ocasiones, estos pequeños agricultores o empresarios tienen que esperar meses hasta que sus clientes les abonen las facturas de las ventas, debido a su débil situación a la hora de negociar con algunos de sus clientes.

Las microfinanzas pueden ser un potente motor de generación de oportunidades para la población con escasos recursos si ofrecen productos y servicios adecuados y adaptados a ellos. Bien enfocadas, pueden ser generadoras de desarrollo entre las comunidades más pobres y constituyen un eje clave para el acceso inclusivo a la economía de poblaciones tradicionalmente excluidas. Fomentan la reducción de la vulnerabilidad y el riesgo de las comunidades de escasos recursos rompiendo la brecha de acceso a financiación con estrategias de financiamiento vinculadas a las actividades productivas de estos grupos de población.

En este caso, por ejemplo, el microfactoring es una herramienta útil para resolver necesidades de liquidez inmediata por parte de las microempresas. El pequeño empresario cede sus facturas o deudas pendientes a la Institución Microfinanciera y ésta le otorga liquidez inmediata desembolsándole el monto total de su deuda menos una comisión. Esto permite a los microempresarios hacer frente por ejemplo a los pagos de nuevas materias primas o la compra de alimentos necesarios en su casa, contando con liquidez.

En el marco del convenio con la AECID, junto a la Corporación Promotora de Comercio Social (PCS), promovimos un plan de microfactoring en Colombia. Nuestro papel es acompañar a los pequeños empresarios en todo el proceso, para que siempre estén ‘protegidos’ y trabajar con las instituciones microfinancieras para adaptar los productos a los beneficiarios.

A través del proyecto, se estableció el microfactoring como una buena práctica para replicar y promover ventas de pequeños productores agrícolas y microempresarios.

Los importes del microfactoring fueron muy variados, comenzando desde los 47$. 158 empresas (78 de ellas lideradas por mujeres), de veinte departamentos de Colombia entre los que se encuentran Antioquía, Guajira, Bolívar o Bogotá DC participaron en el proyecto.

¿Cómo funciona el microfactoring?

En el microfactoring participan tres actores: el factor, que es la Institución Microfinanciera, el microempresario, que es el beneficiario y el deudor, que es la organización que tiene una deuda con el microempresario.

  • Solicitud del microempresario: Hay algunos requisitos que los microempresarios tienen que cumplir para poder acceder al microfactoring. Entre los más destacados está la alta necesidad de inmediatez de efectivo para la compra de materia prima, la experiencia y tradición en la actividad que desarrollan, tener un pedido asignado para la producción en el marco del programa de comercialización social, un máximo de 10 empleados permanentes y unas ventas mensuales promedio hasta de 45 salarios mínimos mensuales de acuerdo a la legislación colombiana.
  • Pago de la factura o anticipos: Si el microempresario, una vez realizado el diagnóstico y la asesoría, cumple con requisitos, la PCS le asigna una orden de compra o pedido, previamente vendido por la comercializadora a un cliente. El microempresario realiza una solicitud al Asistente Operativo del Fondo, quien la incluye en el listado que presenta al Comité. Dicha solicitud es estudiada por el Comité. En caso de aprobación, se procede al desembolso del anticipo (en cuyo caso, el microempresario firma un pagaré) o del descuento de factura.
  • Gestión de desembolsos y cobros. La PCS gestiona los cobros de la factura o la deuda correspondiente y cobra al vencimiento de la misma. Este proceso se facilita, dado que la PCS trabaja como intermediario entre el microempresario y la cadena de distribución o cliente. Normalmente estos clientes pagan a 60-90 días; plazo de tiempo extenso para que las microempresas de estratos bajos lo puedan gestionar debido a su poco capital de trabajo y sus grandes necesidades de liquidez.

En CODESPA contamos con especial conocimiento en el campo de las microfinanzas, con el objetivo de ayudar a microcempresarios a mejorar sus condiciones de vida. Este programa del microfactoring apoyó de forma individual a los microempresario según sus necesidades de liquidez inmediatas. El objetivo era que el microempresario pudiera hacer frente a nuevas relaciones comerciales y sus necesidades más importantes no se vieran desatendidas.

Puedes conocer más sobre este proyecto a través de la nota técnica: Microfactoring: la experiencia de PCS y CODESPA en Colombia.