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Un desarrollo que dejó fuera a los más vulnerables

Un desarrollo que dejó fuera a los más vulnerables

Marruecos se encuentra al norte de África, un país que en los últimos diez años ha presentado altas cuotas de crecimiento económico. Ciudades como Tánger y Tetuán han sido testigos de una importante explosión industrial.

Sin embargo, estas cifras macroeconómicas de crecimiento y prosperidad han olvidado a una gran parte de la población. Provocando que otros datos más importantes como los índices de exclusión y pobreza, sigan aumentando.

Los altos niveles de pobreza sitúan a Marruecos en el puesto 129 sobre un total de 185 del índice de desarrollo humano. Posición que demuestra que muchos de los servicios que aquí conocemos como básicos, allí todavía son logros por alcanzar.

Nada más llegar a Tánger y Tetuán hay signos claros de desarrollo, pero esa realidad convive con otra muy diferentes. Miles de jóvenes han abandonado sus hogares en las zonas rurales buscando un futuro mejor, pero se han encontrado con barreras infranqueables para alcanzar sus sueños.

Solo el 50% de la población sabe leer y escribir

La tasa de alfabetización es baja, solo un 50% de la población sabe leer y escribir. Existe un nivel de cualificación bajo con 30,1% de la población activa sin poseer una titulación y el 26,5% con un nivel de primaria. Por ello, los jóvenes y mujeres, que ahora intentan entrar en el mundo laboral, se ven obligados a acceder a trabajos no legalizados y con sueldos muy bajos.

Desde CODESPA vimos que el acceso a la formación profesional y la mejora de las capacidades son la llave para un futuro mejor. Sin embargo, los costes de acceder a formación son muy altos y la duración del aprendizaje demasiado larga, cuando los jóvenes necesitan encontrar un trabajo cuanto antes.

Apostamos por una formación profesional y de aprendizaje, adaptada a las necesidades del mercado laboral, con el objetivo que se convirtiera en el principio de un nuevo futuro para los jóvenes. La construcción, la restauración y la confección, son sectores con una gran demanda de empleo.

Estos cursos no se centran solo en la capacitación para el empleo, les formamos para que puedan enfrentarse al futuro y convertirse en la oportunidad que sus comunidades, sus familias y ellos mismo necesitan y, así, cambiar el presente de Marruecos.

En cuatro años de trabajo 1.000 jóvenes se han formado. Y esto les está permitiendo encontrar trabajos en condiciones justas y salir de la situación de vulnerabilidad y pobreza en la que se encontraban.