El pasado mes de septiembre, la delegación de CODESPA en Ecuador firmó un convenio con la Cooperativa de Ahorro y Crédito San Miguel de Sigchos – ubicada en el cantón Sigchos, provincia de Cotopaxi – para la administración de un fondo de microcrédito que permita a pequeñas campesinas y campesinos el acceso a microfinanciación para la producción de granos.

Esta iniciativa se enmarca dentro del Programa financiado por la Comunidad de Madrid y ejecutado por CODESPA, que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los pequeños y pequeñas productoras de la zona rural de Sigchos mediante la articulación de la cadena de valor de granos andinos producidos tradicionalmente en la zona.

El programa comprende actividades de asistencia técnica, formación y apoyo a la comercialización comunitaria de la producción de granos (maíz, fréjol, altramuz y harinas). Con el fondo se facilitará el acceso microcréditos en condiciones ventajosas para que la población campesina pueda contar con capital de trabajo para la producción agrícola, un sector tradicionalmente excluido de financiación en la zona. El programa de microcrédito y asistencia técnica impulsado por CODESPA permitirá a los beneficiarios implementar mejoras tecnológicas en sus cultivos que incrementará la producción hasta en un 50% respecto a sus prácticas agrícolas tradicionales.

La compra de la producción está asegurada por el Centro de Negocios Campesino (CNC) de Sigchos, organización comunitaria apoyada por CODESPA y encargada de movilizar la producción de la zona. El convenio con la cooperativa incluye una línea de microcrédito para el CNC de cara a financiar el capital de compra para la producción de granos, otro de los eslabones frágiles en la cadena y que impide a las organizaciones articularse competitivamente con el mercado.

Rosa Catota y Teresa Yanqui, han sido de las primeras beneficiarias en acceder al crédito del programa. Gracias a esta microfinanciación han podido acceder a la compra de bienes para aplicar el paquete tecnológico diseñado específicamente para la zona, con el fin de mejorar los rendimientos de sus parcelas.

Esta mejora de rendimiento no sólo les permitirá devolver el microcrédito, sino que además sus ingresos netos provenientes del cultivo incrementarán aproximadamente en 1 USD al día respecto a sus prácticas anteriores.

Las beneficiarias están contentas con la iniciativa: “Acceder al microcrédito es una oportunidad para mejorar, aunque nos da un poco de miedo. Es un riesgo. Sólo esperamos que el clima acompañe”, algo en lo que el proyecto obviamente no puede influir. El resto de variables (acceso a insumos, microcréditos, asistencia técnica y compra de la producción), lo asegura el proyecto.