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Emergencia humanitaria en Goma

A principios de mayo fuentes del Observatorio Vulcanológico de Goma advirtieron de la peligrosa actividad sísmica cerca de los volcanes Nyamulagira y Nyiragongo. Un riesgo que ha sido inevitable con la erupción del Nyiragongo el pasado sábado 22 de mayo y que actualmente continúa en estado de emergencia.

El volcán se encuentra en pleno corazón de África, en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo (RDC). Para CODESPA es una zona muy familiar porque desde hace años es una de las pocas organizaciones españolas con presencia estable en la región.

La erupción “comenzó alrededor de las seis y media de la tarde, hora local, provocando cortes en el suministro eléctrico y las líneas telefónicas. En un principio las autoridades nos recomendaron quedarnos en nuestras casas para refugiarnos de los posibles terremotos, pero poco después aquellos que vivían en el norte de la ciudad fueron trasladados al sector occidental. La lava, que se movía a una velocidad de un kilómetro por hora, se llevó por delante las aldeas de Kabaya, Kasenyi y parte de Buhene, dejando a miles de personas sin cultivos y sin hogar”, cuenta Franck Mbemba, delegado de CODESPA en Congo, en una de sus comunicaciones diarias para informar de la catástrofe, que ya se ha cobrado la vida de decenas de personas.

 

Crisis política y social

Goma es también una de las ciudades más pobladas del país, con más de un millón de habitantes, y se encuentra a solo diez kilómetros al sur del volcán. Una de las leguas de lava ha avanzado hacia la ciudad,  provocando que miles de personas se hayan visto obligadas a dejar sus casas y todas sus posesiones. “La lava ha golpeado con fuerza el eje de Kibumba y se ha quedado a las puertas del aeropuerto de Goma”, comenta Franck Mbemba. “También se ha llevado por delante casas, campos y carreteras; lo que ha provocado que parte de la población se refugie en Ruanda y otra parte en Sake, Kirotshe y Shasha”. Pero la lava no es el único problema en Goma.

Desde el 1 de mayo de este año la provincia de Kivu del Norte se encuentra bajo estado de sitio. En un esfuerzo por combatir a los grupos armados acusados ​​de graves violaciones de derechos humanos, los cuerpos militares han reemplazado a la autoridad vigente. Una crisis política y social que está dificultando las labores de acción en los principales focos poblacionales.


Campos de cultivo arrasados por el paso de la lava del volcán Nyiragongo, en Goma (R.D. del Congo).

 

Don Bosco, un gran aliado de CODESPA

En medio de esta complicada situación se encuentra Don Bosco Ngangi, trabajando en labores de salvamento y atención de los más vulnerables. Es uno de los socios locales de CODESPA en Goma y un punto de referencia como centro de refugio de todas las poblaciones aledañas. Desde que CODESPA aterrizó en Congo en 2006, ha trabajado con Don Bosco como aliado en la reintegración, educación y apoyo social para niños y jóvenes en situación de abandono y exclusión social. Actualmente el centro acoge a unos 3.000 jóvenes, y como consecuencia del volcán Nyiragongo se teme que aumente la cifra de niños acogidos y familias que se dirijan a pedir ayuda. “Desde ayer están evacuando a los niños menores de 5 años que se encuentran en el orfanato de Ngangi”, explica Franck Mbemba. “Los llevamos hacia la Maison Marguerite, porque el desprendiendo de gases está dificultando la respiración de los más pequeños”.

En estos momentos el Centro Don Bosco acoge cerca de 260 niños entre dos puntos de tránsito: por un lado la Maison Maguerite, con más de 165 niñas y bebés, y por otro lado la Maison Gahinja, con 95 niños sin familia. Para Frank Mbemba, como para todos los miembros del equipo, la situación es muy grave: “Se les está agotando el agua, la electricidad, el espacio y la comida. No saben cuánto tiempo más podrán aguantar”.


Grupo de jóvenes acogidos en el Centro Don Bosco Ngangi, en Goma (R.D. del Congo).

 

Llamada a la acción

José Ignacio González-Aller Gross, director General de CODESPA, sigue de primera mano tanto la evolución de la crisis como el seguimiento de los proyectos de CODESPA a los que ha afectado la erupción del volcán. “Estamos muy familiarizados con las comunidades que viven allí, y situaciones como esta implican un daño irreversible en su día a día”, explica José Ignacio. “A pesar de que Congo ya no es un lugar prioritario de parte de las agencias de desarrollo españolas, CODESPA continúa trabajando en varios territorios del país con el apoyo de la Junta de Andalucía, fundaciones privadas y donaciones particulares. En especial Kivu del Norte, donde se encuentra el 44% de todos los desplazados internos del país. Pocos saben también que Goma es la ciudad con la tasa de violaciones más alta del mundo. Por eso seguimos trabajando duro para cambiar la situación”.

En Goma y en las cercanas ciudades de Sake y Sasha, CODESPA está llevando a cabo varios proyectos de formación e inserción laboral de jóvenes –colaborando con Don Bosco y Children’s Voice–, promoviendo centros para la recuperación de mujeres muy jóvenes víctimas de la violencia, como Maison Marguerite, o desarrollando mercados rurales mediante la implantación de tecnologías de bajo coste para campesinos, que lleva el nombre de Rural Market for the Poor. Proyectos que son una oportunidad imprescindible para el desarrollo de esas personas que lo han perdido todo.

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