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El brillante camino que están recorriendo estas comunidades

En el mundo se estima que 775 millones de personas no han tenido la oportunidad de aprender a leer, ni escribir. Dos de cada tres son mujeres. En una gran mayoría de casos les fue imposible ir a la escuela o tuvieron que abandonarla a muy temprana edad.

¿Pero por qué un gran porcentaje son mujeres? A nivel cultural, en muchos países en desarrollo, las niñas son las primeras que se ven obligadas a abandonar las escuelas para ayudar en sus hogares. Esto provoca barreras que les acompañan toda su vida. Poder formarse, firmar un contrato o incluso gestionar pequeñas cooperativas se hace muy complejo para ellas.

En Alta Verapaz, Guatemla, más del 31% que supera los 15 años no han tenido la oportunidad de ir a la escuela. Muchos de ellos se encuentran en zonas rurales, alejados de las áreas más desarrolladas y viviendo en situaciones complejas y altos niveles de pobreza. Todo esto provoca una terrible situación de exclusión.

EntreTODOS, una herramienta para acabar con la pobreza en Guatemala

Para poder mejor sus negocios o hacer frente a imprevistos y poder salir de la pobreza, estas comunidades trataban de que bancos les apoyaran con pequeños microcréditos. Sin embargo, los bancos no le ven como clientes potenciales y los usureros se aprovechaban de su compleja situación y necesidad inmediata.

Desde CODESPA pensamos que ellos podían organizarse, aprender a ahorrar y prestarse dinero entre ellos, como si fueran una ‘especie de banco’. Empezamos a desarrollar Grupos Educativos de Ahorro y Crédito y cada vez llegábamos a zonas más alejadas y con mayores índices de pobreza.

Estos grupos les permiten acceder a pequeños créditos y en muchos casos, las mujeres se forman para tener su propio micronegocio. Sin embargo, una parte importante de EntreTODOS, es que las mismas comunidades los gestionen. ¿Pero cómo hacerlo si aquellos quienes lo formaban no tenían los conocimientos para leer o escribir en los libros de seguimiento?

Esta técnica se adapta a las necesidades de cada comunidad. Básicamente, los hijos de estas personas, que han asistido o asisten a la escuela, y a pesar de que no pueden formar parte de las cooperativas, asumen la responsabilidad de rellenar los registros y hacer el seguimiento. Además, en todas estas cooperativas, existe la obligación de hacer una lectura en voz alta de todos los acuerdos tomados en cada reunión: microcréditos prestados, plazos de devolución, ahorro alcanzado…

Al mismo tiempo, las comunidades se siente orgullosos de sus hijos, ven como ir a la escuela es importante, se sensibilizan y adquieren un compromiso para que no abandonen la escuela. Un brillante camino que vincula a diferentes generaciones para lograr que sus comunidades lideran la lucha contra la pobreza en Guatemala.

Si quieres sumarte a este objetivo, si quieres ofrecer una oportunidad a aquellos que más lo necesitan, puedes hacerlo junto a nosotros. Si puedes, dona.