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Una carta que debes leer antes de comenzar este gran viaje

Una carta que debes leer antes de comenzar este gran viaje

Querida Elena,

Me he decidido, a pesar de la pereza, a escribirte estas palabras. No soy de expresar lo que siento pero la mayoría de edad, que acabamos de cumplir, es un momento para pararse y hacer un balance.Hace 18 años que comenzamos este viaje, dimos nuestros primeros pasos movidas por unos sueños que teníamos y poco a poco, lo maravilloso de este mundo hizo que volcáramos toda la pasión en un trabajo que no creo que podamos abandonar. Lee estos párrafos y concédeles tu tiempo porque son el viaje que juntas vamos a emprender. Durante este viaje maduraremos, nos llevaremos desengaños, pero tranquila, nos volveremos a ilusionar.

Quiero contarte un secreto que ya tienes edad de saber

Déjame que me explique; hace 18 años empecé a trabajar en una fundación como puerta de entrada de un mundo que se me hacía lejano pero que me atraía, sobre todo, quiero ser sincera, por lo exótico que encerraba: Palestina, Kenia, Perú, Honduras… Apenas colocaba en el mapa algunos de estos países. Me atraía comprender esas culturas, su forma de vida y las razones de los problemas que vivían. No sabía lo que “mi mochila” de economía, marketing, idiomas y trabajo de iniciada en la empresa podría aportar a esta nueva etapa. Como la ignorancia es atrevida me puse el mundo por montera y hoy 18 años más tarde me gustaría contar a mi ‘yo joven’ (y por qué no, a ti también), que el viaje ha merecido la pena.

Las ONG y fundaciones de desarrollo, mi hogar profesional en estos 18 años, han sido lugar de encuentro con muchas personas, la mayoría, movidas por transformar el mundo. No quiero ponerme sentimental, pero veo las ONG como “fabricas” que producen proyectos para ayudar a mejor la vida de las personas. Llevarlos a cabo no siempre es fácil… se necesitan, además de donantes y colaboradores, profesionales excelentes con todas las habilidades de la empresa; gestión y especialización técnica (según sea la solución que propone la ONG) para superar miles de problemas. Tienen un gran mercado y sus “clientes” son muy especiales, personas que si tú no les das una oportunidad difícilmente, en este corto viaje llamado vida, van salir de las complicadas situaciones en las que se encuentran.

Te desanimarás, creerás que las cosas no están cambiando y por eso quiero terminar contándote un cuento, que no debes olvidar: Un niño estaba en la orilla de la playa devolviendo al agua, de forma continua, estrellas de mar que eran expulsadas por las olas. Un escéptico que llevaba tiempo observando pasó a su lado y le preguntó: “¿Por qué haces esto? Hay millones de estrellas de mar que son expulsadas y mueren, por tanto no tiene sentido lo que haces”. El chico sonriendo con un brillo en los ojos respondió: “Para estas sí tiene sentido”.

La pobreza es una lacra con la que las ONG no podremos terminar de forma inmediata, pero para cientos de miles de personas, tan valiosas como nosotras, nuestro trabajo sí tiene sentido… porque les ayudamos a salir de la compleja situación en la que viven. La lección que me gustaría que no olvidaras querida Elena es esta; no te desanimes y continúa, por todas aquellas personas que has encontrado en el camino en estos años. Lo que haces tiene sentido, sus nombres están escritos en las estrellas.

Y también a ti, que estás leyendo estas líneas, quiero darte las gracias, sin tu apoyo todo esto sería imposible. Gracias.