En Vietnam, el 80% de la población vive en zonas rurales y depende, para sobrevivir, de una producción agrícola a pequeña escala.En las zonas montañosas del norte del país se encuentran las minorías étnicas, caracterizadas por altos índices de pobreza y un señalado aislamiento. Todo esto provoca muchas dificultades para poder acceder a servicios básicos de salud y educación.

La tecnología y herramientas agrarias que utilizan, muy poco desarrollada, se manifiestan poco resistentes a desastres naturales, tan comunes en la región, como tifones, sequías y plagas, provocando graves daños a las comunidades. Durante décadas esto ha provocado que sus situación de pobreza e inseguridad alimentaria se vaya agravando.

El arroz es su fuente principal  de alimentación. Sin embargo, existen muchas dificultades para lograr una producción sostenible y suficiente para todo un año. Las familias utilizan una serie de fertilizantes en polvo que resultan muy contaminantes y que, además, son fáciles de arrastrar por el agua de las lluvias hasta los ríos y se evaporan con la humedad, contaminando también la atmósfera. Estos problemas provocan periodos de crisis alimentaria siendo el gobierno quien debe proveer de sacos de arroz bajo racionamiento. Provocando graves deficiencias nutricionales además de que las familias ven como su única posible fuente de trabajo e ingresos, desaparecen.

¿Qué son los fertilizantes compactados que usamos para luchar contra el hambre?

En este contexto impulsamos el uso de los fertilizantes compactados (FDP, por sus siglas en inglés –Fertilizer Deep Placement-) en Vietnam; una tecnología que, gracias a un proceso de compactación, convierten el fertilizante de la tierra en unas bolitas de fácil manejo y mucho menos contaminante, que se disuelven lentamente, nutriendo la tierra gradualmente. Con este sencillo pero revolucionario cambio, los hogares campesinos han logrado incrementar sus cosechas hasta en un 30%.

Al introducirse el fertilizante bajo tierra no hay evaporación del producto, por lo que la atmósfera se mantiene limpia, y no se desprende hacia los arroyos cercanos. Se reduce así la contaminación hasta en un 90%.

En CODESPA trabajamos con esta innovación tecnológica y nos hemos especializado en desarrollar mercados locales que puedan suministrar estos fertilizantes, a precios asequibles para los agricultores más vulnerables. Ahora hay productores que compactan el fertilizante, distribuidores que comercializan el producto, promotores que informan a los campesinos sobre la sostenibilidad y las ventajas de ésta tecnología y técnicos que dan formación a los agricultores sobre la mejor forma de utilizar el fertilizante compactado.

Conseguir la seguridad alimentaria en las zonas rurales de Vietnam es posible con esta sencilla solución y que ya ha supuesto una sustancial mejora en la vida de muchas personas.