Hoy, 16 de mayo, hace 1 mes de que Ecuador fuera golpeado por el peor terremoto que ha sufrido en los últimos años. 7,8 grados en la escala de Ritcher, que tuvo su epicentro entre Pedernales y Cojimíes, en la misma provincia de Pedernales y siendo el más mortífero de Sudamérica desde el terremoto de 1999.

Las ondas sísmicas fueron tan fuertes que llegaron hasta las ciudades de países como Perú y Colombia, fronterizos a Ecuador. Además, más de 840 réplicas, provocaron que la población viviera en una continua situación de miedo.

El terremoto se llevo por delante viviendas enteras, con consecuencias terribles. Familias durmiendo a la intemperie, albergues que no daban abasto y la falta de agua y alimentos era una constante. Alimentación, agua potables, mosquiteras, colchones, cazuelas… son muchas de las cosas que las familias necesitan todavía.

Al mismo tiempo, otro aspecto importante y que en muchas ocasiones no nos damos cuenta, es el apoyo psicológico que mujeres y hombres, niños y niñas necesitan para poder volver a su vida. El miedo todavía se ve en sus ojos y ayudarles a recuperarse es nuestra obligación.

Consecuencias dramáticas

Tras este terremoto, muchas fuentes hablan de que más de 720.000 personas se han visto afectadas por él y, casi 30.000 personas perdieron sus hogares.

Por desgracia, las cifras no han dejado de aumentar: 660 personas fallecidas, 28.911 personas ‘albergadas’ y 560 escuelas afectadas, de las cuales, 166 habrá que reconstruir en su totalidad. Ahora mismo, uno de los aspectos más importantes es poder ayudar en temas de salud e higiene, para que cientos de enfermedades no se expandan.

Al dormir en la intemperie, el uso de mosquiteras es fundamental. En zonas costeras y tropicales, un gran número de mosquitos pueden transmitir enfermedades como el zika o la terrible chikungunya, entre otras.

Además, muchas de estas personas, que ya vivían en situaciones de alta vulnerabilidad y pobreza, han visto como sus pequeñas fuentes de ingresos desaparecían. Micronegocios, pequeñas cosechas y otros muchos tipos de negocios se han perdido.

Una ayuda que ya ha comenzado

Gracias a la generosidad de miles de personas la ayuda comenzó a llegar inmediatamente. Desde CODESPA llevamos 100 kits de higiene, 20 carpas, mosquiteras, cientos de kits alimentarios y utensilios de cocina.

Sin embargo, sabemos que no es suficiente. Tenemos que ayudarles ahora con kits de ayuda humanitaria y nos hemos comprometido, lo antes posible, a impulsar que puedan dejar atrás la situación de vulnerabilidad económica y de pobreza en las que este terrible terremoto les ha dejado.

Este tipo de proyectos son nuestro principal trabajo, proyectos que impulsan el desarrollo económico y social de las comunidades, con un único objetivo, ayudar a los más vulnerables. Y lo haremos en el sur de la provincia de Esmeraldas, en el pequeño cantón de Muisine.

Toda aportación económica sumará a esta importante iniciativa para cambiar la actual situación de cientos de personas. Necesitamos tu ayuda, dona.