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El testimonio de Roko Gisembe, desde Kinshasa #unahistoriaquecontar

El testimonio de Roko Gisembe, desde Kinshasa #unahistoriaquecontar

“Una vez acabe la formación quiero ser constructor. Trabajar en una empresa, pero también tener mi equipo y dirigirlos”. Este es el sueño de Roko Gisembe, un joven de 17 años que está estudiando un módulo de construcción en Don Bosco Lukunga en Kishasa (República Democrática del Congo), un centro de formación que apoyamos.

En República Democrática del Congo, tanto en Goma como en Kinshasha, la exclusión y la falta de formación impiden a los jóvenes salir de la pobreza y de la marginalidad. Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, es una ciudad con más de diez millones de habitantes, con un contexto social y económico muy difícil. En la última década, ha habido un importante aumento demográfico, lo que ha conllevado un crecimiento rápido y no equilibrado de la ciudad. Ello, sin embargo, no ha ido acompañado de la construcción de infraestructuras básicas como calles, sistema de alcantarillado y saneamiento, sistema eléctrico, potabilización del agua, aprovisionamiento de alimentos, etc.

En este contexto, la tasa de desempleo de la población es muy alta y, en general, la mayoría de los empleos se encuentran en el sector informal, donde trabajan fundamentalmente menores y mujeres. A ello se le añade un fenómeno en crecimiento en la sociedad africana como es el de los niños-jóvenes de la calle, que no tienen oportunidad de acceder a formación de calidad y, como consecuencia directa de ello, no pueden posteriormente encontrar un empleo.

A través del proyecto que desarrollamos, junto a Don Bosco, impartimos cursos de formación profesional en diversos sectores como albañilería, electricidad, fontanería, construcción, etc., para que estos jóvenes tengan la oportunidad de encontrar un trabajo y así obtener ingresos para el desarrollo de sus familias.

En este vídeo puedes ver el testimonio de Roko, un ejemplo de superación y optimismo.