↑ Blog

La lucha contra el desperdicio alimentario, una oportunidad para construir una sociedad más sostenible

El desperdicio alimentario, entendido como el descarte de alimentos aptos para el consumo humano en cualquier punto de la cadena de valor, es un problema de alcance global que hay que enfrentar cuanto antes.

 

La buena noticia es que la solución también es global y nos involucra a todos y cada uno de nosotros. En muchas ocasiones, los problemas que amenazan el futuro de la sociedad se convierten en retos que pueden ser aprovechados para repensar qué tipo de planeta queremos construir y legar a las siguientes generaciones.

Enfrentarse al desperdicio alimentario constituye una excelente oportunidad de generar soluciones innovadoras que creen nuevos modelos de producción y sistemas alimentarios más sostenibles y eficientes.

Eso sí, hay que hacerlo de forma urgente. No es casualidad que la Organización de Naciones Unidas (ONU) incluya este problema como uno de los principales a afrontar en el marco de la Agenda 2030. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12, Producción y consumo responsables, establece el desafío de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en todo el mundo, tanto en la venta al por menor como en el consumo, y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro.

Al fin y al cabo, el desperdicio de alimentos no constituye sólo un problema de residuos innecesarios que podrían ser utilizados de otra manera, sino que tiene repercusiones que agravan otros desafíos globales.

Para empezar, es también un problema económico. El estudio Save Food calcula que los ciudadanos europeos tiran a la basura el 20% de la comida que compran en el supermercado, lo que asciende a 140.000 millones de euros anuales que terminan en el contenedor.

Además, el desperdicio supone un problema medioambiental, puesto que se calcula que, si el desperdicio alimentario fuese un país, sería el tercero del mundo que más gases de efecto invernadero emitiría, según datos de la FAO.

Asimismo, todas estas cifras suponen una contradicción si se tiene en cuenta otro objetivo de la ONU: lograr el hambre cero (ODS 2). Es decir, mientras que la FAO estima que se desperdician aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos al año en todo el mundo, el número de personas que padece hambre aguda ha alcanzado los 345 millones, según los datos de Save the Children.

Por eso, ofrecer una solución global y basada en alianzas entre todos los agentes implicados, supondrá el progreso hacia un futuro más sostenible, donde no sólo se reducirá el desperdicio de alimentos, sino que se asegurará también la protección del medioambiente, la autogestión de las comunidades locales, un menor coste de la alimentación y estar más cerca de alcanzar el hito de un planeta con hambre cero.

Así lo hemos planteado siempre desde CODESPA y los resultados han sido claros: abordar el desperdicio alimentario como una oportunidad de transformar el modelo productivo en uno más sostenible acaba creando un sistema que genera beneficios para todos los implicados.

 

Trazando un futuro sostenible: la lucha contra el desperdicio de fruta en Colombia y Perú

FRUCAP es una iniciativa que hemos puesto en marcha en el departamento de Cauca, en Colombia, que cierra la brecha entre el desperdicio de fruta y la desnutrición, y aprovecha los excedentes de la cosecha para producir un alimento que cubre las necesidades de poblaciones con deficiencia nutricional.

Además, esto impulsa que los pequeños productores, a los que se incluye como proveedores en la cadena de aprovisionamiento, amplíen sus horizontes económicos.

Es decir, no sólo se reduce el desperdicio, sino que se garantiza el derecho a la seguridad alimentaria y se fomenta un modelo de negocio sostenible que garantiza la autosuficiencia de la población local, pasando de la pobreza a la prosperidad.

 

Lo mismo hemos experimentado en la Amazonía Peruana, donde vimos en los excedentes del plátano una oportunidad de transformar las expectativas de futuro de la población awajún. Con este producto, que la población transforma en hojuelas deshidratadas, se ha logrado evitar el desperdicio, fomentar el emprendimiento en la comunidad local y mejorar sus ingresos.

 

El camino hacia la sostenibilidad: un enfoque integral y colaborativo

En definitiva, cuando un problema no es abordado de manera aislada, sino teniendo en cuenta todas sus interconexiones, se encuentra la solución a todos los conflictos gracias al denominador común que se debe buscar en todos los casos: la sostenibilidad.

Por eso, la sensibilización es fundamental para que todos los que pueden ser parte de la solución cobren conciencia de cuál es su responsabilidad y busquen cómo aportar su granito de arena. Entre todos, es mucho más fácil construir una sociedad más justa, sostenible e igualitaria que no comprometa el futuro de las siguientes generaciones.

 

YAYAS’ CONSULTING es nuestra nueva iniciativa (en colaboración con A+Familias) para concienciar a las empresas, asociaciones y sociedad en general sobre la importancia de no desperdiciar alimentos y que con pequeñas acciones seremos capaces de transformar nuestro futuro en uno más sostenible. Visita la web para conocer datos y consejos sobre el desperdicio alimentario.

La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.

 

Información relacionada