Colombia ha anunciado recientemente un acuerdo histórico entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de Colombia. Un acuerdo de paz para que, por fin, puedan empezar a cerrar las heridas de una guerra que dura ya más de 50 años.

Este capítulo oscuro para la historia de Colombia está a punto de llegar a su fin para que empiece el ansiado proceso de paz. Tras cuatro años de diálogo entre la FARC y el Estado Colombiano en La Habana, las negociaciones han concluido firmando el texto final del acuerdo. Aunque es un paso muy importante, el proceso de paz va a ser más largo y no termina con la firma.

Después de hacerse público, el Congreso de Colombia convocará un plebiscito en el que los colombianos decidirán el próximo 2 de octubre si apoyan el acuerdo que pondría fin al largo conflicto. La FARC también convocará un congreso interno en el que un millar de sus integrantes decidirán si siguen adelante con lo pactado en Cuba.

Un proceso para construir una paz duradera

El acuerdo cuenta con seis puntos generales entre los que destacan la renuncia por parte de la FARC al alzamiento armado y su transición a un movimiento político, para que con la apertura democrática se pueda construir la paz y enriquecer el debate. Se destaca como las víctimas del conflicto deberán estar en el centro del acuerdo con la búsqueda de la verdad y la reparación del daño causado a personas, colectivos y territorios enteros.

Es importante destacar la reforma rural integral que contiene el acuerdo y que quiere contribuir a la transformación estructural del campo, cerrando las brechas entre el campo y la ciudad, y mejorando las condiciones de vida de la población rural. La violencia permanente que se ha vivido en las zonas rurales y los cultivos ilícitos, son una de las principales causas de los millones de desplazamientos que se han producido a lo largo de más de 50 años.

Más de cinco décadas de conflicto armado

El conflicto se ha cobrado la vida de más de 220.000 personas, 90.000 desaparecidos y casi seis millones de colombianos que se vieron obligados a dejar sus hogares y desplazarse a otras zonas del país huyendo de la violencia. Un conflicto ha provocado que la pobreza, la desigualdad y la vulneración de los derechos humanos crezcan, siendo los más afectados las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, mujeres y niñas, y defensores de los derechos humanos.

Este conflicto, que comenzó a principios de los sesenta, ha dejado al país en una situación de pobreza alarmante. El 28,5% de la población vive en situación de pobreza, y el 8,1% de ella, se encuentra en situación de pobreza extrema. Además, Colombia está en la posición 14 de mayor desigualdad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde CODESPA trabajamos en Colombia, desde hace años, con el objetivo de favorecer un proceso de paz que apremiaba al país. Construir una paz duradera, sin dejar a nadie atrás, respetando los derechos humanos, donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades, independientemente de su etnia siempre ha sido lo que perseguimos. Y ahora, esta se convierte en una oportunidad única. Redes sociales e internet se llenaban de mensajes positivos de colombianos, y ciudades como Bogotá vivían en las calles momentos únicos de celebración… Esta debe ser una oportunidad que no debemos dejar escapar para poder volver a ver una Colombia en paz.