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“Realmente me siento feliz… Para mí es algo muy bueno y es la oportunidad de mi vida”, un futuro que cambia con la formación

“Realmente me siento feliz… Para mí es algo muy bueno y es la oportunidad de mi vida”, un futuro que cambia con la formación

La zona oriental de Marruecos, en especial la provincia de Jerada, es una región en su mayoría rural y que históricamente se ha visto aislada del desarrollo económico y social del país.

El acceso a la educación y formación, incluso a niveles básicos, está lleno de barreras que se convierten en infranqueables; provocando que el fracaso escolar se convierta en una constante.

Solo el 40% de la población, en las zonas rurales, sabe leer y escribir.

Esta falta de acceso a una educación básica, sumada al cierre de la frontera con Argelia y la carencia de trabajo, provocan que algunos jóvenes caigan en el contrabando o en el consumo de drogas. Y otros, aquellos que consiguen un trabajo, no puedan obtener un sueldo digno para ayudar a sus familias, ni mejorar sus condiciones de vida.

Si no somos capaces de acabar con esto, estas comunidades se verán dentro de un círculo de pobreza constante.

Formación y educación, una llave para el futuro

Por este motivo, queremos ayudar a mujeres como Aicha a que su futuro sea diferente y que se conviertan en los ‘héroes’ del cambio de sus comunidades.

Aicha forma parte de una cooperativa donde la falta de conocimientos de veterinaria provocaba que tuvieran continuas pérdidas en el ganado que les sumían en la pobreza. Historias reales como estás, se convirtieron en el principio y la razón de nuestro proyecto. Al mismo tiempo, sus ganas de aprender, mejorar la gestión de la cooperativa, el cuidado de sus animales y aprender sus derechos y obligaciones, era uno de los impulsos para que todo comenzara a cambiar.

Este proyecto no terminaba con los 40 primeros alumnos, lo que aprendían llegaba mucho más lejos: “Mi familia también se ha beneficiado de este proyecto. Es verdad que ellos no se han formado directamente, pero aprenden de mi experiencia. Ahora ven como pongo las vacunas a los animales y ellos también lo aprenden”.

La comunidad también aprendía, no solo quedaba en su familia. Dentro de las cooperativas, los diferentes integrantes iban poco a poco aprendiendo como alimentar el ganado, como cuidarlo…, gracias a que Aicha trasmitía estos conocimientos a toda su comunidad.

Más de 400 jóvenes, como Aicha, se formarán

A lo largo de los dos años de vida de este proyecto queremos llegar a formar a 400 jóvenes, sin embargo, el mayor logro está siendo conseguir la confianza de los jóvenes y que ellos también empiecen a creer en la formación como la clave de su futuro.

“Realmente me siento feliz. El hecho de beneficiarme de esta formación, de poder aprender cosas nuevas y corregir otras erróneas es algo muy positivo. Para mí es algo muy positivo y es la oportunidad de mi vida”, #unahistoriaquecontar

 

Corrección: este post fue originalmente escrito con un error en los datos de la persona beneficiaria, usando el nombre de Naima. Su nombre correcto es Aicha Benyamna.