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Un conflicto que pone en peligro los derechos humanos

Un conflicto que pone en peligro los derechos humanos

El conflicto armado de Colombia nace en los años 60 y solo en los últimos 30 años ha dejado la desoladora cifra de 6.800.000 millones de víctimas, de las cuales, un 86% son desplazados, obligados a abandonar sus hogares. Este conflicto ha provocado que la pobreza, la desigualdad y la vulneración de los derechos humanos crezcan. Y siempre poniendo en el centro de los más afectados a las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, mujeres y niñas, y defensores de los derechos humanos.

El Norte del Cauca, es una de las regiones más pobres de Colombia en donde la población no tiene acceso a derechos básicos como son la alimentación, la vivienda, la salud y la educación. El conflicto armado en esta región vulnera permanentemente el más trascendental de los derechos: el derecho a la vida. Se ven permanentemente vulnerados los derechos culturales y sociales de las comunidades étnicas (negros e indígenas), y en el caso de los afrodescendientes esto se agrava por la falta de reconocimiento político y territorial que garantice su supervivencia y desarrollo cultural.

En el caso de las mujeres campesinas son discriminadas social y económicamente, menos del 1% de las mujeres afrodescendientes son propietarias de una vivienda.

Las comunidades mestizas, afrodescendientes e indígenas ven vulnerado su derecho constitucional a “disfrutar de un ambiente sano” a causa de la irrupción en el territorio de explotaciones mineras ilegales que vienen causando verdaderos estragos en las cuencas de los ríos, los suelos cultivables en varios municipios y deteriorando relaciones en las comunidades.

El Norte del Cauca es una región estratégica, no sólo por su posición geográfica y alta biodiversidad, sino también por su gran diversidad étnica; con una alta concentración de población indígena que representa el 82% de su población. En esta región se presentan conflictos entre las comunidades indígenas y las comunidades campesinas por la tenencia de la tierra, debido a que hay muchas zonas de conservación ambiental, lo que limita las áreas dedicadas a la producción de alimentos tanto a los indígenas como a los campesinos.

Casi 60 años de conflicto armado interno

En general, en Colombia, la problemática de los derechos humanos es compleja, dinámica y cambiante. Como ya hemos comentado anteriormente, una de las principales causas de violación de los derechos humanos en el país son los casi 60 años de conflicto armado interno.

Un hecho importante en el camino de lograr la paz en el país, fue el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, suscrito entre el gobierno de la Republica de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- ejército del pueblo (FARC-EP).

La posibilidad de avanzar en este proceso de diálogo y paz es una oportunidad histórica para Colombia.

Otra de las violación a los derechos humanos en Colombia la constituyen las agresiones y amenazas contra los defensores de derechos humanos, los cuales en ocasiones son objeto de estigmatización, rechazo y exclusión por abanderar o liderar esta labor. Todo esto, sumado a los altos índices de desigualdad presente en el país durante muchos años, es otro factor que contribuye a la violación de los derechos humanos en Colombia.

Los derechos humanos y sus enfoques

Desde nuestra perspectiva, consideramos que la defensa de los derechos humanos son un proceso de construcción social que tienen varios objetivos. Por un lado, establecer relaciones pacíficas entre el Estado y los ciudadanos en el tratamiento de conflictos, como alternativa para consolidar una sociedad democrática y plural. Por otro lado, sientan las bases de las relaciones para una convivencia solidaria entre los individuos y el Estado.

Este enfoque sobre los derechos humanos establece la necesidad de un pacto social y político que los promueva y que permita garantizar los derechos fundamentales o esenciales (la vida, la libertad y la igualdad), los derechos de segunda generación (económicos, sociales y culturales), y los derechos de tercera generación que tienen origen en el deterioro de la vida colectiva (el derecho a la paz, del ambiente, y de los pueblos). Solo así se conseguirá que estas personas más vulnerables puedan vivir de una forma justa y digna, sin ser olvidados.