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200 mujeres tejedoras del Lago Titicaca reciben su primer título

A lo largo de nuestra vida recibimos diferentes títulos o certificados. Desde pequeño llevamos con más miedo u orgullo las notas a nuestra casa. Anualmente nos daban un título que nos permite demostrar que hemos superado unos exámenes y hemos adquirido unos conocimientos concretos. E incluso los más nostálgicos todavía guardaremos esos títulos que demostraban que habíamos pasado EGB, COU, nuestra formación profesional o la titulación de nuestra carrera. Sin embargo, para muchas de estas 200 mujeres este ha sido su primer título. Y el objetivo es el mismo, mostrar que tienen un conocimiento que les dará la oportunidad de acceder a unos ingresos que antes no podían acceder.

Cursos de formación técnica y liderazgo en Perú y Bolivia

Desde CODESPA estamos impulsando un proyecto en el Lago Titicaca. Queremos ayudar a diferentes mujeres tejedoras, para que se agrupen y puedan vender sus artesanías textiles en condiciones justas. Es decir, que su trabajo se valore y reciban unos ingresos justos por ellos.

Mujeres de Perú y Bolivia reciben su certificado

Tanto para que empresas nacionales o incluso internacionales compren sus productos, necesitan un certificado que demuestre la calidad de sus tejidos. Deben aprender técnicas y vocabulario que no han podido aprender. Además, también deben saber calcular los costes de su producción y el precio de venta de sus artesanías, para obtener unos beneficios.

Por esto, los cursos tienen diferentes patas:

  1. Técnicas de tejido: todas ellas saben coser y desarrollar sus artesanías, pero deben trabajar juntas, con las mismas técnicas y herramientas. A través de estos cursos las aprenden y todas tienen un nivel en estas técnicas, muy parejo.
  2. Adaptarse al mercado: aprender un vocabulario técnico, leer patrones, desarrollar acabados, clasificaciones técnicas de tejidos… son elementos más técnicos en los que deben formarse.
  3. Control de calidad y acabados: saber cómo establecer mínimos de calidad a los productos dependiendo del uso final de la artesanía, es otra de las patas en las que se forman.
  4. Talleres de liderazgo: algunas mujeres, también se animaron a participar en cursos de liderazgo. Ellas deberán dirigir las cooperativas, lidiar con los pequeños problemas que se encuentren y ser la cabeza visible a la hora de vender.

De las 230 beneficiarias formadas en Perú y Bolivia, 200 ya han obtenido sus certificados. Y aunque estamos contentos por lo logrado por ellas, hemos aprendido que todavía debemos mejorar. En Perú, debemos seguir apoyándoles en capacitaciones de calidad y acabados, con el objetivo de que los productos tengan un mejor ‘finalizado’.

En Bolivia, donde muchas mujeres no han tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir, los procesos de aprendizaje son más complejos. Su cultura les hace más tímidas e introvertidas, y en los talleres de liderazgo debemos apoyarles más. Ahora saben que están preparadas, que tienen los conocimientos para salir adelante y nuestro apoyo. Pero como muchos de nosotros, cuando debemos dar ese primer paso solos, tenemos miedo a lo desconocido. Un miedo que se hace más grande porque hasta ahora nunca han tenido una oportunidad. Sin embargo, estamos seguros que lo van a lograr.