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Y… repetiría con los ojos cerrados

Carmen Taracido es una de las tres voluntarias de Ineco que viajaron el año pasado, del 26 de noviembre al 10 de diciembre, a uno de nuestros proyectos en Quito, Ecuador. Le encanta viajar y normalmente lo hace por motivos de placer. En este caso, viajó para compartir sus conocimientos, su experiencia profesional, con las personas con las que trabajamos en nuestros proyectos. Como ella misma comenta: “cuando viaja profesionalmente, como es este caso, lo disfruto doblemente”. En esta entrevista nos cuenta su experiencia.

1. ¿Cómo funciona la convocatoria a nivel interno de Ineco?
La convocatoria funciona bien. Creo que es de las más transparentes que se llevan a cabo en la empresa. En mi caso, al menos, cuando me presenté, es porque el perfil que se solicitó era el mío.

2. ¿Qué te motivó a participar en el proyecto de voluntariado corporativo de Ineco?
El poder colaborar con una ONG, trabajando en lo que me gusta y además viajando a un país que no conocía, fueron razones más que suficientes.

3. ¿En qué proyecto has participado como voluntaria?
En el proyecto de ayuda al tren de Ecuador para la administración ferroviaria del país, la FEEP.

4. ¿Qué tareas realizaste?
Llevamos a cabo una inspección in situ de toda la línea del FFCC, unos 450 Km, y después de analizar los problemas detectados, impartimos una jornada de capacitación técnica para el personal de tren de Ecuador. En mi caso, entregué la documentación relativa a la metodología y las recomendaciones para la calificación de la vía.

5. ¿Con quién trabajaste en terreno?
Con mis compañeros de Ineco, siempre acompañados por el responsable de CODESPA y con el personal de tren de Ecuador, que nos trataron de maravilla.

6. ¿Cuál ha sido tu aportación en este proyecto de voluntariado  y a las personas a las que lo beneficiaba?
Mis conocimientos de vía y mantenimiento, las recomendaciones que hemos entregado y el ser muy insistente a la hora de transmitir y concienciar al personal de Ecuador sobre los aspectos más importantes para la conservación de la vía férrea.

7. ¿Qué te ha aportado el programa de voluntariado en general y en particular la experiencia en ese país?
Una experiencia fantástica. Por un lado, por lo bonito de poder llevar a cabo mi trabajo en otro país y, por otro, por la idea de ayudar a una administración con muchas carencias técnicas y económicas, pero donde nos encontramos con un grupo de grandes personas con mucha ilusión y ganas de aprender y hacerlo bien.

8. ¿Repetirías la experiencia?
Sí, sin duda, ¡con los ojos cerrados!

9. ¿Qué te parece que empresas como Ineco den esta oportunidad a sus empleados? ¿Por qué crees que lo hacen y en qué les benefician?
Me parece muy positivo, creo que es algo que socialmente y económicamente tiene que aportar beneficios tanto para la empresa como para la ONG. El hecho de que a los técnicos se nos ofrezca la posibilidad de poder participar en proyectos de voluntariado y hacer cosas diferentes, relacionadas con nuestra valía profesional pero en escenarios completamente distintos, y con buenos propósitos, dentro de un marco de colaboración y ayuda, es estupendo, la verdad.

10. ¿Alguna historia que quieras compartir?
La verdad es que anécdotas del viaje tenemos miles…
Recuerdo momentos en los que bajamos del autoferro a echar una mano a los operarios del tren, literalmente, y quitar piedras enormes de sitios donde había derrumbes, para liberar la vía…
O pasar en el autoferro a milímetros de las cestas de zanahorias que los campesinos, con sus ropas tradicionales, estaban acopiando junto a las vías…
O pararnos en un descanso en un pueblo en mitad de la nada, y el trato amable de la gente que nos hicieron, de repente, un café de puchero, subiéndonos el volumen de la música de fondo, para bailar con los niños que allí estaban…
Y las caras de asombro de los trabajadores de la FEEP en la jornada de capacitación, cuando les exponíamos en el proyector las fotos que habíamos tomado en los recorridos, con las anomalías detectadas…

11. ¿Animarías a otros compañeros a vivir la experiencia del voluntariado corporativo? ¿Por qué?
Por supuesto, me parece una experiencia fantástica y muy recomendable. Si pudiera repetir yo misma, ¡lo haría con los ojos cerrados! ¡Es una experiencia que no olvidaré en mi vida!

12. ¿Qué beneficios consideras que tiene el voluntariado corporativo?
Creo que el voluntariado te toca un poco la conciencia y cambia las perspectivas, los puntos de vista, y las referencias socioeconómicas que tenemos de otros países con otras necesidades. El poder sentirte útil con tu trabajo, por mínima que pueda parecer la aportación, y ver cómo te lo agradecen, y cómo te valoran, es maravilloso.