El sistema de las microfinanzas podría explicarse de manera sencilla y didáctica con un cuento protagonizado por elefantes y hormigas. En esta historia, los grandes paquidermos serían los bancos acostumbrados a manejar millones de dólares y las pequeñas hormigas serían los agricultores o pequeños productores que requieren volúmenes de crédito pequeños. ¿Qué ocurre entonces? Los grandes bancos ofrecen financiamiento y crédito a los pequeños agricultores, sin entender sus necesidades y prestándoles a tasas de interés muy elevadas, en el caso de Ecuador a más del 31%. Siguiendo con el cuento, las hormigas, es decir, los pequeños productores, no podrían permitirse afrontar esas tasas tan elevadas por lo que deciden auto organizarse en las llamadas finanzas populares y solidarias para administran su propio ahorro y crédito.

Así lo explica Geovanny Cardoso, Director Nacional de la Corporación de Finanzas Populares y Solidaria de Ecuador, entidad financiera del Estado y uno de nuestros socios, en Ecuador.

¿Por qué las finanzas populares generan oportunidades?

La capacidad productiva de los pequeños agricultores se fundamenta básicamente en su fuerza de trabajo, pero en momentos determinados necesitan invertir en la compra de semillas, herramientas o incluso alguna máquina que le permita transformar el producto. Y la única forma de poder acceder a estas inversiones, es a través de créditos de finanzas populares, a tasas menores de interés, adaptados a sus necesidades y capacidad de devolución.

Las instituciones financieras de base comunitaria como las Cooperativas de Ahorro y Crédito (COAC), bancos comunales y cajas de ahorro y crédito, entre otras, se crean como una alternativa local y/o regional para que las comunidades más vulnerables y excluidas de servicios financieros, puedan acceder al crédito y al ahorro. Los ahorros de las comunidades son invertidos a través de préstamos en su misma comunidad.

Actualmente, en Ecuador existen más de 900 cooperativas de ahorro y crédito, y miles de bancos comunales, que son los que financian principalmente a las microempresas. Según Geovanny Cardoso, equivalen a más del 200% del financiamiento que da la banca pública y la banca privada juntas. Con las finanzas populares y solidarias, el crédito ahora también se da a grupos que antes quedaban excluidos como las mujeres que representan más del 50%, o también a las actividades agropecuarias y a los jóvenes.

Desde CODESPA, ponemos el foco en pequeños agricultores y ganaderos que, debido a su situación de vulnerabilidad, son excluidos del sistema financiero. Para poder ayudarles estudiamos la cadena de valor del producto que cosechan o producen y buscamos cómo financiar su cadena productiva. Es decir, si se requiere financiar la pos cosecha, el crédito deberá estar dirigido a esa parte de la cadena y ya no de manera genérica como pasa con el crédito tradicional. Por ejemplo, si nos centramos en la producción del maíz, el agricultor puede tener las semillas y la capacidad de trabajo para el cultivo, pero no contar con capital para el almacenaje, la pos cosecha. En este caso el crédito se aportaría para la pos cosecha, un eslabón especifico de la cadena de producción. Además, los tiempos e intereses de devolución se adaptan, variando dependiendo de cada cadena de valor y de la parte de la cadena a financiar.

Con nuestros proyectos en Ecuador, articulamos esfuerzos internacionales con organizaciones locales para lograr el financiamiento a estos eslabones productivos, fortaleciendo a las instituciones financieras de base comunitaria, así como ayudando en la comercialización y producción a los pequeños agricultores y ganaderos.