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5 formas de luchar contra el hambre

5 formas de luchar contra el hambre

En el mundo, a pesar de que se han logrado grandes avances, aún hay 795 millones de personas que pasan hambre.La lucha contra la inseguridad alimentaria y el hambre es uno de los puntos fundamentales que se han presentado, una vez más, en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La intención de los países que firman esos objetivos es que en 15 años se haya acabado con la desnutrición, y también con la malnutrición, sobre todo de aquellos colectivos más vulnerables como la infancia, siempre bajo el paraguas de la sostenibilidad ambiental. El camino pasa, entre otros puntos, por asegurar unos sistemas de producción sostenibles, que permitan mejorar la producción de aquellos agricultores que son más vulnerables. Ayudarles a mejorar sus técnicas de cultivo o poder acceder al uso más eficiente de la información (mejores fechas de cultivo…), permiten aumentar la producción en las zonas más desfavorecidas.

Estas son las 5 formas más frecuentes de luchar contra el hambre:

1. Acceso al agua y sistemas de saneamiento

La alimentación y el agua son dos cosas que van ligadas. Millones de personas en el mundo no disponen de agua potable y tienen que depender de las lluvias estacionales. Existe una relación clara y directa entre la escasez de alimentos y la escasez de agua y los servicios de saneamiento. Garantizar el derecho fundamental del agua ayudaría, igualmente, a garantizar el acceso a alimentación.

Por ello, varias ONG trabajan en los países más pobres de África, perforando pozos que puedan llegar hasta acuíferos frescos y fomentando redes de tuberías que permitan llevar el agua a diferentes lugares de una comunidad.

2. Desarrollo agrícola y distribución de alimentos

La FAO asegura que la producción agrícola mundial es suficiente para alimentar a todo el planeta. Una correcta distribución de recursos es una pieza fundamental para acabar con la pobreza y el hambre. Sin embargo, un gran número de personas todavía no pueden acceder a los alimentos que necesitan.

Ayudarles a que ellos mismo puedan producir sus alimentos, mejorando sus cosechas, se convierte en una forma efectiva de lucha contra el hambre en las zonas más pobres de África.

En la provincia de Huambo, en Angola, el 90% de las personas sufre inseguridad alimentaria. Tras 5 años de trabajo, hemos mejorado la nutrición de la población de esta región favoreciendo la calidad de las semillas que usan los campesinos. Para lograrlo, apoyamos la creación de micro-negocios de multiplicación de semillas de calidad de pequeños agricultores y fomentamos la creación de bancos de semilla que faciliten su acceso a campesinos de bajos recursos.

3. La fuerza de la educación

Una de las vías para conseguir la seguridad alimentaria es la educación. Romper la tradicional transmisión generacional de la pobreza es posible potenciando el acceso de niñas y niños a educación de calidad adaptada a cada necesidad. Sin embargo, malnutrición y problemas de acceso a educación suelen ir de la mano. La educación debe convertirse en el motor para mejorar las situaciones económicas de las familias; al mismo tiempo, esa lucha contra el hambre contribuirá a crear condiciones óptimas para impulsar el aprendizaje.

4. El papel de la mujer

La mujer desempeña, sin duda, un papel clave en la lucha contra el hambre y la pobreza. Se calcula que dotando a la mujer de las mismas herramientas de acceso a la producción agrícola que al hombre, se podría reducir el número de personas que pasan hambre en un 17%. La mujer también invierte los escasos ingresos que recibe en alimentos para sus familias y en acceso a salud para sus hijos.

Además, nunca podemos olvidar que la malnutrición y desnutrición no solo es cuestión de alimentos. Para poder acabar con el hambre, también es necesario que la mujer conozca mejor como tener una alimentación apropiada o llevar a cabo unas prácticas y usos adecuados de los alimentos, durante los momentos previos, durante y posteriores al embarazo (lactancia), con un impacto positivo entre sus hijos. Y esto es lo que hace World Food Programme, con su proyecto “Nutrición para las madres”.

5. Ayuda Alimentaria

Se trata de una forma asistencial de luchar contra el hambre. No soluciona la base del problema, aunque mitiga sus consecuencias. Afortunadamente la ciencia también se ha puesto de cara a luchar contra la desnutrición aguda severa y crónica y existen muchos y novedosos tratamientos que pueden ayudar en estos casos críticos a la recuperación. Muchas son las ONG que ofrecen ayuda de emergencia a países que o bien han sufrido alguna catástrofe (como recientemente Nepal) o se ven inmersos en algún conflicto, habiendo aumentado por ello el número de desplazados y refugiados (como por ejemplo, los refugiados sirios).

Para acabar con el hambre y la desnutrición, hacen falta soluciones integrales a la pobreza, que funcionen en el largo plazo y hagan a las personas autónomas. En CODESPA, atesoramos experiencia desde 1985, para que miles de personas encuentren cada año el camino de la pobreza a la prosperidad.

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