Vu Van Ngoc pertenece a la minoría étnica tailandesa y vive en la ciudad de Nghia Lo, en la provincia de Yen Bai. Como carnicero, ha comprado cerdos  en el distrito de Van Chan durante años, donde la cría de estos animales representa una fuente tradicional de ingresos para la población local. Después, él distribuye diariamente alrededor de 6 o 7 toneladas de cerdos por distintas localidades de la zona.

Sin embargo, mientras la población local se ha estado centrando en la cría de razas locales o mezcladas con extranjeras, en los últimos años el mercado está demandando una carne con menos grasa, procedente de otro tipo de cerdos. Por esta razón, su negocio se estaba enfrentando a dificultades al no ser capaz de distribuir la variedad que le pedían sus clientes.

En 2011, Ngoc escuchó hablar del proyecto que desde CODESPA implementamos para fortalecer la cadena de valor de la cría de cerdos y que cuenta con la financiación de la Agencia Española de Cooperación. A través de nuestro trabajo, y con el apoyo del socio local HADEVA, le proporcionamos nuevos contactos de grupos de producción porcina que se habían establecido a partir del proyecto y que se dedican a la cría de los nuevos cerdos que demanda el mercado. Ngoc no tardó en ponerse en contacto con los líderes de estos grupos y acordó la distribución de sus cerdos de manera regular.

Además, Ngoc llevó este tipo de cerdos a las familias para que pudieran incluirlos en su producción y, una vez criados, él pudiera comprárselos. “Lo que busco es tener buenos cerdos que vender en el mercado. No tengo ningún problema en proporcionar cerdos a los productores a crédito si esto me asegura tener una distribución estable para mis clientes”. A través de esta iniciativa, los hogares con menos capacidad de inversión pueden incrementar sus ventas y, por extensión, sus ingresos, que pueden llegar a aumentar hasta 105 dólares al año.

Este proyecto, del que se benefician 15.000 personas, el 40% de ellas en situación de pobreza extrema, tiene el objetivo de fortalecer los vínculos entre todos los actores del mercado. Ya se han conseguido resultados muy positivos ya que, además del aumento de poder adquisitivo de las familias productoras, se ha reducido considerablemente el impacto que su actividad productiva tenía en el medioambiente.