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Trabajamos con las comunidades más olvidadas del mundo

comunidades indigenas angola

En lo profundo de selvas, sabanas o cordilleras, viven comunidades que resisten al olvido. Lejos del foco del desarrollo tradicional, conservan su dignidad, sabiduría ancestral y una profunda conexión con la tierra. Es allí, donde muchos no llegan, donde CODESPA ha elegido estar.

 

Lejos de imponer soluciones prefabricadas, construimos relaciones desde el respeto y la humildad. Escuchamos y aprendemos de comunidades indígenas que enfrentan la pobreza, pero también la amenaza constante de perder su identidad, su cultura y su territorio.

Las comunidades con las que trabajamos (desde los pueblos Nasa del norte del Cauca en Colombia hasta los Waorani en Ecuador o los Ch’orti’ en Guatemala) comparten una visión del mundo profundamente ligada a la tierra, el conocimiento oral y la vida en comunidad. Trabajar con ellas implica desaprender, adaptarse e involucrarlas en cada etapa de los proyectos.

 

Raíces orgullosas frente al desafío del desarrollo

Las comunidades indígenas que apoyamos suelen habitar territorios remotos, muchas veces de difícil acceso, donde los servicios básicos son escasos o inexistentes. Su vida está profundamente vinculada a la naturaleza, no solo como fuente de sustento, sino como un componente esencial de su cosmovisión (la manera en la que entienden, interpretan y se relacionan con el mundo que les rodea). En Angola, por ejemplo, muchas lenguas indígenas aún conservan sonidos ancestrales, como los clicks, y sus estructuras sociales se basan en la colaboración, la transmisión oral y la equidad.

Sin embargo, estas comunidades enfrentan desafíos sociales y políticos persistentes. En el norte del Cauca, Colombia, donde trabajamos desde 2019, la lucha por el territorio es también por la identidad y la vida. El conflicto armado, la presencia de grupos ilegales y las disputas por la tierra han marcado la historia de esta región rural. Para el pueblo Nasa, su territorio ancestral, la Kwe’sx Kiwe o Madre Tierra, no es solo un espacio físico: es sagrado. Su modelo organizativo, basado en cabildos y en el respeto a las autoridades tradicionales, promueve el diálogo y la paz como caminos para resolver los conflictos.

familia nasa

 

Esta conexión con el territorio, fundamental para su supervivencia, contrasta con la limitada garantía de acceso a la tierra. La población Ch’orti’, en Guatemala, es hoy el pueblo maya más reducido del país, tras décadas de marginación y discriminación sistemática.

En República Democrática del Congo, trabajamos en regiones tan diversas como Kivu Norte, Kinshasa o Tshopo. Allí las comunidades indígenas enfrentan graves problemas: inseguridad alimentaria, aislamiento, falta de servicios sociales básicos, y conflictos políticos que erosionan su calidad de vida. Las zonas rurales son especialmente vulnerables, y sus habitantes, frecuentemente excluidos de las oportunidades socioeconómicas.

comunidades vulnerables congo

 

Cada pueblo tiene una historia y costumbres propias. En CODESPA nos adaptamos a sus dinámicas sociales y culturales, promoviendo su participación activa a través de sus líderes y lideresas. Nuestro compromiso es con una cooperación respetuosa, en la que las decisiones y acciones se construyen desde el diálogo y el reconocimiento mutuo.

Por ejemplo, con los pueblos Waorani en Ecuador, a donde se llega en canoa, muchas de las acciones son lideradas por mujeres defensoras del territorio. Ellas luchan no solo contra las amenazas extractivistas, sino también contra el machismo y la violencia que aún persisten en sus comunidades. Les ofrecemos formación en equidad de género, liderazgo y derechos, buscando que puedan transformar su realidad desde dentro.

amazonia ecuatoriana

 

En todos nuestros proyectos nos aseguramos de que los grupos más vulnerables (especialmente mujeres, jóvenes, personas con discapacidad y mayores) participen en los procesos de decisión y ejecución. Solo desde la confianza y el respeto se puede tejer un desarrollo que reconozca sus derechos y dignidad. Por eso, las consultas comunitarias suelen ser en su lengua, se fortalece el liderazgo tradicional y se forman facilitadores dentro de las propias comunidades.

 

Construyendo futuro desde dentro

En el norte del Cauca, acompañamos actualmente a más de 1.000 familias Nasa. Junto a ellas, impulsamos alternativas económicas sostenibles como el cultivo de mora, café y cacao, fortaleciendo el trabajo colectivo a través de cooperativas y asociaciones locales. Estas iniciativas no solo promueven el desarrollo económico legal y sostenible, sino que se convierten en herramientas reales para alejarse de la violencia y la ilegalidad que han marcado durante décadas su historia.

 

Más allá de brindar capacitación y conocimiento, establecemos también alianzas estratégicas que potencien las oportunidades locales. Un ejemplo de ello es la colaboración con la empresa azucarera Incauca y con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que se han convertido en aliados clave para el impulso de estas comunidades.

En Perú, las acciones se tejen desde un diálogo horizontal, en el que las comunidades indígenas participan activamente en la identificación de sus necesidades y en la construcción de soluciones. Su conocimiento ancestral, su vínculo espiritual con la naturaleza y sus prácticas comunitarias no solo son respetados, sino integrados como parte esencial del diseño y ejecución de los proyectos. Su rol como protagonistas facilita que las propuestas nazcan desde su propio entendimiento, respetando sus tiempos, formas de organización y prioridades.

Un ejemplo de ello es el emprendimiento de turismo rural comunitario ATIPTALLA, formado por cuatro comunidades quechua al pie del nevado Ausangate, en Cusco. Sus integrantes, 25 mujeres y 3 hombres, han logrado transformar su identidad cultural en experiencias de turismo vivencial que ofrecen a agencias especializadas. Desde el ordeño de sus vacas, la pesca de truchas, hasta las caminatas por los Apus, cada actividad recupera el orgullo por sus raíces y genera ingresos sostenibles. Hemos fortalecido su organización, mejorado su oferta y ampliado sus vínculos comerciales.

asociacion mujeres atiptalla

 

Así, cada proyecto refleja sus valores, aspiraciones y visión de futuro.

 

La importancia de las mujeres en el cambio

En Guatemala, las mujeres, se reúnen por lo menos una vez al mes con el equipo técnico de CODESPA, para formarse en educación financiera y emprendimiento. Pero esas reuniones van más allá de lo técnico: son espacios de confianza, donde se ríe, se conversa, se comparten experiencias y se reconstruye el tejido social.

Grupos como “Las Ahorradoras Alegres” están demostrando que el ahorro y la solidaridad pueden transformar vidas. Estas 50 mujeres no solo aprenden a gestionar mejor sus recursos: recuperan el sentido de comunidad, fortalecen lazos y ganan voz en sus hogares y comunidades.

mujeres guatemala emprendedoras

 

En Ecuador aseguramos que el liderazgo femenino está estrechamente ligado a la defensa del territorio y los derechos de la naturaleza. Apoyamos a mujeres que se organizan para cuidar sus ecosistemas, mantener vivas sus lenguas y transmitir el conocimiento de sus mayores. A través de emprendimientos sostenibles y espacios seguros de formación, están generando medios de vida que reducen la migración forzada y refuerzan su identidad cultural.

Jessica Noemi Guatatuca Cerda, presidenta de la Asociación Bio Warmi Amazónico, lo resume así:

Para nosotros es muy importante que las personas que vengan a ayudar escuchen lo que verdaderamente necesitamos, porque la mayoría de las veces han venido a imponernos lo que ellos querían hacer. Con CODESPA fue distinto. Esto ha sido muy importante para que nuestra asociación siga creciendo, podamos tener toda la documentación correcta y nuestro proceso de comercialización sea exitoso.

indigenas ecuador

 

 

Una forma distinta de cooperar

Cada cultura, cada territorio, cada historia requiere una forma distinta de estar. Aplicamos el Método CODE, para promover su autonomía, no la dependencia. Se les acompaña, pero también se planifica la salida, asegurando que las capacidades locales sean suficientemente sólidas para continuar sin CODESPA.

Las comunidades no son receptoras pasivas, son protagonistas. Allí donde el desarrollo suele pasar de largo, CODESPA se queda. No para dirigir, sino para acompañar. Porque creemos que el progreso no tiene por qué uniformar. Puede —y debe— hablar en lenguas con click, sembrar esperanza en suelos sagrados y respirar con la misma cadencia del bosque.

 

Han colaborado en la redacción de este artículo: Baptista Pedro, representante de CODESPA Angola; Franck Mbemba, representante de CODESPA República Democrática del Congo; Andrés Rodolfo Trujillo, representante de CODESPA Colombia; Karina Bautista, responsable de bioemprendimientos de CODESPA Ecuador; Vanessa Mazariegos, representante de CODESPA Guatemala; Luis Cáceres, representante de CODESPA Perú.