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La oportunidad del acceso a cursos de formación para 65 mujeres en Marruecos

La región oriental de Marruecos, ubicada en la zona nordeste del país, ha estado históricamente aislada del resto de Marruecos y de las grandes zonas de desarrollo del país. Este aislamiento no solo ha condicionado las oportunidades laborales de las mujeres sino que ha aumentado la desigualdad entre hombres y mujeres.

Estas mujeres no se encuentran con las mismas condiciones para acceder a cursos de formación profesional adecuados a sus necesidades, ni al mercado de trabajo, impidiendo su desarrollo y viviendo en una situación de pobreza y vulnerabilidad.

Desde CODESPA trabajamos para cambiar la situación de estas mujeres. Gracias al apoyo de la Junta de Andalucía, 65 mujeres socialmente vulnerables (divorciadas, solteras con hijos, víctimas de violencia doméstica, etc.) han podido acceder a cursos de formación en peluquería-estética, panadería, pastelería y puericultura. De esta forma, les ayudamos a superar sus barreras culturales y económicas a través de una formación cualificada que les permitirá acceder a un puesto de trabajo.

Les hemos ofrecido un acompañamiento continuo a lo largo del proceso y una orientación laboral tan necesaria en su situación. También hemos impulsado su inserción en el mercado laboral; 57 de ellas han realizado prácticas y, finalmente 28 de estas mujeres, han conseguido encontrar un trabajo. Así, pueden obtener ingresos y cubrir las necesidades básicas de sus familias. De esta forma, contribuyen también al desarrollo productivo de la región.

La desigualdad entre hombres y mujeres es algo está patente en la sociedad de hoy en día. Esta situación se ve agrava en países del continente africano. Según el informe “Mujeres africanas. Mirada al futuro” que publicamos el año pasado, las mujeres se enfrentan a barreras que le impiden su desarrollo. Normas sociales, creencias, incluso leyes y diferentes tipos de discriminaciones que deben superar en cada una de las etapas de su vida, impidiéndoles avanzar y participar plenamente en la sociedad, así como gozar de sus derechos como ciudadanas. Esta lista de obstáculos es aún mayor para las mujeres que viven en situación de pobreza, vulnerabilidad y exclusión social.

A pesar de todo ello, hay muchos estudios que demuestran el enorme potencial que tiene invertir en la mujer africana para impulsar el desarrollo en el continente. Cuando se brinda a las niñas y mujeres las mismas oportunidades por ley y en la práctica, en sectores como educación, salud, mercado laboral, acceso a financiación, capacidad de decisión a todos los niveles, y emprendimiento, los beneficios no sólo son para ellas. Ellas invierten en sus hogares, en sus familias, en sus comunidades, logrando así un desarrollo en todo el entorno en el que viven.

Por eso, es necesario, seguir impulsando proyectos como este, que permiten que mujeres encuentren la oportunidad que la vida no les ha dado. Si puedes, dona.