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“Todas las mujeres que formamos parte de la organización hemos empezado a trabajar”, Isabel Veniz #unahistoriaquecontar

“Todas las mujeres que formamos parte de la organización hemos empezado a trabajar”, Isabel Veniz #unahistoriaquecontar

A pesar del crecimiento que han sufrido muchos países de América Latina, los niveles de desigualdad y pobreza existentes son muy elevados.Un desarrollo que ha dejado de lado a los más vulnerables y ha provocado que, todavía hoy, el 23% de la población de Bolivia viva con menos de 1 dólar al día y en las zonas rurales, el 25% de la población no tenga acceso a agua potable.

Existen políticas que están impulsando el acceso a derechos básicos como la educación o la igualdad, pero mucha de la población no puede acceder a ellos. No tienen los ingresos necesarios para comprar comida para su familia, ropa o material escolar para sus hijos.

Isabel se enfrenta a muchos de estos problemas. Ella vive en la provincia de Lípez, en el departamento de Potosí, Bolivia; en el centro de uno de los atractivos turísticos más importantes de Bolivia, el Salar de Uyuni. Isabel era una pequeña agricultora y gracias al proyecto, ha comenzado a poder obtener ingresos de otras actividades como la artesanía y el turismo.

Formando a mujeres líderes de su comunidad

Isabel se animó a formar parte de los proyectos de turismo rural comunitario que desarrollamos en Bolivia. En su caso, su pequeña organización y ella vieron en las artesanías y sus tejidos ancestrales, una oportunidad de desarrollo para la salir de la pobreza.

Su vida ya está cambiando, a través de formación y cursos, sus tejidos se han revalorizado. Aprenden nuevos diseños para sus prendas y aumentan la oferta de tejidos que pueden vender, a precios justos, a los turistas que visitan el Salar de Uyuni.

Ahora Isabel compra su propia lana y ella misma diseña la ropa que vende, pudiendo obtener unos ingresos que invierte en sus hijos.

“Mi organización ha comenzado a trabajar artesanías que antes no conocíamos. Y todas las mujeres que formamos parte de la organización, hemos comenzado a trabajar”

Las formaciones no solo tratan sobre los tejidos y diseños, han aprendido a atender a sus clientes y están comenzando a construir su pequeño negocio.

Este esfuerzo, trabajo y empeño, son los primeros pasos para que estas mujeres se conviertan en líderes y tengan voz, en sus propias comunidades.