Según estimaciones realizadas por expertos analistas del Intergovernmental Panel on Climate Change – IPCC (unidad establecida por el Programa de Naciones Unidades para el Medio Ambiente), durante los próximos años se esperan grandes cambios climáticos en América Latina y el Caribe. Estos cambios afectarán principalmente a los cultivos, los bosques naturales, la producción de energía y el acceso al agua.

Además, las consecuencias de estos cambios inciden de manera directa en el desarrollo de la población de bajos ingresos, de comunidades rurales, que dependen de los recursos naturales para sobrevivir; ya que sus principales actividades económicas son la agricultura, la pesca, la ganadería y/o la silvicultura. Por ello, es importante contar con medidas que permitan mitigar su vulnerabilidad frente al cambio climático.

Como CODESPA, y en el marco de nuestra estrategia de intervención para desarrollar modelos inclusivos y sostenibles para la población base de la pirámide, somos conscientes que es necesario promover el cuidado del medio ambiente y energía. Desarrollamos diferentes estrategias que van desde la difusión de tecnologías limpias y medioambientalmente sostenibles, hasta el uso de los recursos naturales y prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles.

El caso de Guatemala

Guatemala es el país de Centroamérica con el mayor porcentaje de población indígena; asimismo por su naturaleza geográfica, los recursos naturales forman parte importante del país. Desde el 2012, trabajamos en la franja norte de Guatemala, en un proyecto financiado por la Unión Europea y con la colaboración de la Fundación CALMECAC y la Red Enredémonos por el Corazón Verde, conformada por 33 organizaciones provenientes de diversas comunidades del país.

Dirigiéndonos especialmente a mujeres y jóvenes, a través del proyecto se ha brindado formación teórico-práctica en aspectos como los sistemas agroforestales, las técnicas de reforestación y de manejo del bosque natural, entre otros, que permiten asegurar la producción de recursos hídricos y prevenir la erosión del suelo. El modelo de intervención cuenta con tres componentes:

1. Participación e incidencia política. 
2. Gestión natural de recursos naturales.
3. Fortalecimiento de emprendimientos y microempresas relacionadas con productos y servicios derivados del bosque, como la madera, las artesanías, el ecoturismo, y los productos agrícolas.

Entre los principales logros del proyecto se encuentran el fortalecimiento de la Red Enredémonos por el Corazón Verde, en espacios de participación ciudadana e incidencia en políticas públicas medioambientales y de reducción de la pobreza, a nivel departamental y nacional. En este marco, gracias a diferentes actividades fortalecimos las capacidades de las organizaciones y promovimos la participación de la juventud y las mujeres en las mesas de diálogo y reuniones con varias instituciones del Estado.

Al mismo tiempo, hemos apoyado a la Fundacion Calmecac para desarrollar la Ley Probosque, actualmente en su última etapa de revisión. Igualmente, se ha podido posicionar la Red Enredémonos, como organización de segundo nivel de relevancia, en la gestión de recursos naturales.

Por último, se ha podido ayudar a que estas personas accedieran al PINPEP, el Programa de Incentivos Forestales para Poseedores de pequeñas extensiones de tierra con vocación forestal o agroforestal. A través de este programa estatal, en el marco del proyecto, se han llevado a cabo una adecuada gestión de 200 hectáreas de bosque, logrando recibir por ello tres millones de quetzales (345.000 euros aproximadamente), en incentivos forestales para los beneficiarios del programa.

Todo ello, tiene un impacto en el empoderamiento y en la dignidad de estas personas. No solo son los protagonistas de la gestión de sus propios recursos, también son los encargado de mejorar el impacto ambiental en su propio entorno.