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El impacto de nuestro trabajo ha sido muy grande, ahora nos sentimos orgullosas, Jacinta Cuchillo #unahistoriaquecontar

El impacto de nuestro trabajo ha sido muy grande, ahora nos sentimos orgullosas, Jacinta Cuchillo #unahistoriaquecontar

Jacinta Cuchillo es una mujer indígena que nació en Colombia hace 39 años. Hoy vive en el resguardo de Guambia, en el Cauca en compañía de su hijo de 10 años. Su pareja trabaja en Bogotá.

Mujeres que la guerra no pudo parar

Jacinta es artesana tejedora y forma parte de la red de mujeres afrodescendientes, indígenas y mestizas llamada ENREDARTE CON IDENTIDAD, que se encuentra en los municipios de Corintio, Toribio, Jambalo, Caldono y Silvia, muy afectados por el conflicto armado. Pero la guerra no ha detenido a estas mujeres.

“Toribio es la zona más afectada por el conflicto, pero nosotras nunca dejamos de reunirnos y seguir tejiendo” comenta Jacinta.

El objetivo del proyecto es trabajar por los derechos de las mujeres de la zona, empoderándolas económicamente para que puedan afrontar con garantías el futuro. Se pretende fortalecer sus capacidades económicas a través de la elaboración de productos artesanales indígenas. De esta forma, se abandona el trueque y se valora el trabajo realizado como expresión de identidad y cultura. Por otro lado, las mujeres se organizan empresarialmente y venden sus productos en distintos ámbitos para obtener ingresos

Jacinta, que nos conoció por medio de Casa del agua: Agencia de Desarrollo Económico Local, ADEL, cuenta cuál era su situación. “Antes de la llegada de CODESPA, la mujer no valoraba sus trabajos de artesanía y tampoco se valoraba como persona. Hoy sabemos que lo que hacemos tiene sentido y es parte de nuestra cultura. Además sabemos poner los precios y acudir a mercados y eventos”.

La colaboración de CODESPA con el grupo de mujeres que conforman ENREDARTE ha conseguido aumentar sus ingresos, mejorar la calidad de sus productos (bolsos y mochilas fundamentalmente) y ha mejorado su autoestima.

Orgullosas de su presente y futuro

Además de su trabajo como artesanas, la mayoría de estas mujeres tienen que ocuparse de las tareas domésticas; el cuidado de los hijos y mayores; y coordinarlo con el trabajo en el campo y los animales.

“El impacto de nuestro trabajo con las artesanías en la comunidad nasaq, misaq y mestiza ha sido grande, porque ahora nos sentimos orgullosas. Por eso intentamos que otras mujeres vengan al proyecto. La idea es seguir creciendo y que participen distintas comunidades para valorar nuestra identidad”, asegura Jacinta.

Jacinta está muy contenta de lo lejos que han llegado. Ahora están a punto de finalizar la página web de ENREDARTE, lo que les permitirá ofrecer sus artesanías al resto del mundo, buscando canales de comercio justo y mostrando a los demás su cosmovisión y su cultura.

Este proyecto fomenta la solidaridad, el intercambio de conocimientos y experiencias para fortalecer las actividades de artesanía y su realidad en la situación de conflicto. Mujeres mestizas, indígenas y afrodescencientes trabajan juntas como reflejo de una sociedad que puede vivir en paz.