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Las personas: nuestro compromiso para luchar para quedarnos

Las personas: nuestro compromiso para luchar para quedarnos

Desde CODESPA llegamos a Angola en 2010, un país que solo 8 años antes acababa de superar 40 años de guerra. Tantos años de guerra han arrasado su forma de vivir, sus costumbres…, se llevaron todo por delante.

Angola y su realidad

El 2011 el 54,3% de la población vivía con menos d 1,25 dólares al día y actualmente, en 2014, los niveles de desigualdad son muy elevados. En ciudades como Luanda, la capital más cara del mundo, coexisten los peores barrios de chabolas que hay en el mundo con rascacielos y tiendas de lujo. Barrios enteros, construidos con cartones, desaparecen después de cada tormenta.

Además, la situación de inseguridad alimentaria en todo el país es dramática, viviendo el 50% de la población en situación de inseguridad alimentaria. En algunas provincias, como la de Huambo estos números llegan al 90% de la población.

CODESPA en Angola

Desde Fundación CODESPA, hace cuatro años obtuvimos un compromiso con los angoleños y es ayudarles a cambiar esta situación, luchando contra el hambre y trabajando, junto a ellos, para que en un futuro cercano puedan alcanzar su propia soberanía alimentaria.

El día a día de nuestra delegación es complicado, llegamos a aldeas que nadie más llega, por caminos de tierra que provocan que nuestros coches corran, de forma continua, el riesgo de volcar. 90 km de distancia son viajes de tres y cuatro horas. Los días son muy complejo, las dificultades a superar son cientos, pero la pasión por nuestro trabajo, los cambios que vemos que estamos consiguiendo junto a los angoleños, nos dan fuerza para llegar a más gente.

Junto a los angoleños, la realidad está cambiando

En algunas aldeas los incrementos en las cosechas son increíbles, pasando de cosechar 150kg de maíz por hectárea a 900kg, por ejemplo. Esto no solo provoca que puedan luchar contra el hambre, las familias obtienen ingresos y sus hijos pueden ir a la escuela, donde jugar y aprender.

Y esta es la razón por lo que vamos a seguir luchando por continuar nuestro trabajo en Angola: la gente. Queremos ayudarles, formar parte del cambio real que se está produciendo en la lucha contra el hambre y no permitir que su gente y sus historias desaparezcan.