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Angola: una desgarradora desigualdad

Angola: una desgarradora desigualdad

Visualicemos una ciudad con altos rascacielos, donde todo te traslada a una urbe como Nueva York. Sin embargo, en esta ocasión, al girar la esquina nos encontramos con una favela, donde solo encontraremos inseguridad y pobreza. En un principio, podría parecer que estos dos escenarios no caben en una misma ciudad. Sin embargo, existen países en el mundo capaces de albergar estas dos realidades en un radio de pocos kilómetros. Sin duda alguna, Angola es uno de ellos.

Sin ir más lejos, este breve ejercicio de imaginación tiene su versión real en Luanda, la capital angoleña. En las calles principales de la que es la capital más cara del mundo, la gente puede comprar en tiendas de lujo. Y a escasos metros de esta realidad se encuentra la favela de Boa Vista, un enorme barrio construido a partir de materiales tan débiles que cada vez que llueve desaparece.

Esta desgarradora desigualdad se vuelve todavía más grave por el hecho de que la mayoría de los angoleños viven en lugares donde la realidad del día a día es la pobreza. Se trata de una población que vive en un Estado cuyo PIB llegó a crecer un 17% de media durante los años 2004 a 2008, pero que no ha visto cómo ese crecimiento económico tenía un impacto positivo en las poblaciones más vulnerables.

En 2011 el 54% de la población vivía con menos de 1,25 dólares al día y una situación de inseguridad alimentaria alarmante. Son estos los motivo que precisamente impulsan  nuestro trabajo en Angola, con el objetivo principal de poder llevar oportunidades a personas que no tienen las herramientas ni los medios, que se necesitan, para cambiar su situación.

Para ello contamos con una ayuda muy significativa: la fortaleza del propio pueblo angoleño. El valor que en este país se da a la dignidad de la persona está presente en cada aspecto de su vida social. Una dignidad que ve en el trabajo a su mejor aliado y que anima cada día a todos los ciudadanos de este país africano a salir adelante con su esfuerzo y dedicación, a pesar de los problemas a los que tienen que enfrentarse.

Por otro lado, dentro de la forma de ser de los angoleños, también es destacable la capacidad de reconciliación que han tenido después de haber sufrido el conflicto armado más largo de África, que se prolongó durante 27  años. Si le preguntáramos a cualquier habitante de Angola cómo es posible convivir y trabajar con personas que lucharon en bandos enemigos, nos respondería que en su país hay que perdonar porque, de no ser así, sería imposible vivir en él.

Estas cualidades de construcción de la paz y superación nacional son la apuesta más segura que tiene este país para superar la situación de grave desigualdad y pobreza en la que viven muchos de sus habitantes. Desde CODESPA trabajamos cada día para que puedan seguir desarrollando estas capacidades y, a través de ellas, construirse un futuro mejor como sociedad y como nación.