18 chicas entre 15 y 19 años están terminando el curso de formación en arte culinaria organizado en la Maison Marguerite. Para ellas, aprender a cocinar no sólo es una buena solución para salir de una situación de precariedad sino también una herramienta que les permitirá cuidar a sus hijos.

Este curso terminará a finales de julio, y a partir de septiembre algunas de ellas continuarán su formación en el restaurante Marguerite donde podrán seguir aprendiendo gracias al trabajo que desarrollarán ahí.

Asinati, congoleña, solo tiene 17 años y gracias a esta formación está aprendiendo una profesión que le permitirá poder tener un futuro mejor.

La formación de este año en las artes culinarias que comenzó en septiembre, le permitió descubrir las riquezas de la cocina mundial, “Estamos en Goma, pero sabemos también hacer pizza y frijoles en el Congo”. La niña, se define como cocinera  “En el Congo, a pesar de las dificultades de la vida la comida es central. ¡Con un buen plato se pueden arreglar muchas cosas!”
Asinati optó por las artes culinarias, porque después del curso de formación organizado en la Maison Marguerite  le será posible comenzar un pequeño negocio en su barrio.  “Hay mucha concurrencia pero las buenas competencias hacen la diferencia”.

A lo largo de este curso no solo aprenden diferentes tipos de cocina, sino otros aspectos tan importantes como las normas de higiene,…

Las otras chicas y Asinata  conocen las dificultades de la vida fuera de la Maison Marguerite pero su energía y gana de salir de la pobreza y exclusión social es más fuerte, dicen con una grande sonrisa. Ya sueñan con un futuro mejor, con la Galeria Marguerite y en la posibilidad de quedarse trabajando en el restaurante.

Por último, queremos compartir con vosotros una de las recetas preferidas de Asinati, esperemos que os guste. Está en francés.