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8 recomendaciones para impulsar las alianzas público-privadas

8 recomendaciones para impulsar las alianzas público-privadas

Durante los últimos años, la innovación social empresarial ha cobrado una gran importancia en el ámbito de la cooperación internacional, especialmente en lo que se refiere a la creación de las alianzas público-privadas, que se posicionan como un elemento clave para la implicación activa del sector privado en la lucha contra la pobreza.

¿Qué son las alianzas público-privadas para el desarrollo?

Antes de poder desarrollar una estrategia de alianzas público-privadas es necesario conocer qué implican.

Podemos entender las alianzas público-privadas como una relación de colaboración entre el sector público, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil. Estas alianzas tienen el objetivo de conseguir una mayor eficacia en la consecución de objetivos de interés compartido y generar un impacto positivo en las comunidades y sectores donde se desarrollan.

En CODESPA llevamos 30 años trabajando con empresas, y hemos visto que son un agente fundamental en la creación de oportunidades de desarrollo para personas que viven en una situación de vulnerabilidad y pobreza. Durante estos años, gracias a nuestra experiencia, hemos extraído una serie de recomendaciones cómo desarrollar alianzas público privadas que queremos compartir contigo.

1. Confianza en dos niveles: institucional y técnico

La confianza con los socios en una alianza público-privada es fundamental, por lo que es necesario crear una estrategia de comunicación y coordinación que implique a todas las partes, desde la alta dirección a los equipos técnicos. La confianza se ha de construir sobre unos pilares básicos, que mantendrán a todos los actores informados sobre los pasos importantes que se dan y los problemas que puedan surgir.

Además, es necesario señalar la necesidad de una firma de convenio global, donde todas las condiciones y obligaciones de todas partes queden reflejadas y, así cada una de ellas tenga consciencia de los roles y retribuciones que se aportan a la alianza.

2. Acordar qué herramientas se usarán desde el comienzo

Después de tantos años de trabajo en el ámbito de las alianzas público-privadas, nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene la sistematización de la información de una forma unificada, por lo que consideramos necesario que se realice un ejercicio de consenso para decidir qué herramientas van a ser utilizadas desde cada una de las partes implicadas en la intervención. Dentro de estas herramientas debe tenerse en cuenta la información clave que cada miembro necesita para su reporte interno propio. De esta forma, cada uno de los socios puede extraer la información desde estos mecanismos de reporte establecidos y ajustarla a sus necesidades.

3. Contemplar el tiempo de gestación de la alianza

Para que la confianza entre los miembros pueda fortalecerse, es necesario dedicar un tiempo prudencial para ‘gestar’ la alianza. Este tiempo de gestación se utilizará para que cada una de las partes pueda conocerse institucionalmente, alinear sus expectativas e interés y comprobar si habrá un entendimiento para que la alianza llegue a buen puerto. Para ello, es necesario que las instituciones implicadas se conozcan para comprobar dónde están de acuerdo y dónde habrá que hacer más esfuerzos para que surja el entendimiento entre los miembros.

4. Alianzas Público Privadas para el Desarrollo orientadas a resultados para un mayor impacto

Una alianza público privada debe plantearse una serie de metas y resultados específicos y medibles, así como indicadores de medición y fuentes de verificación que muestren que dichos objetivos se han alcanzado. A través de esta idea consideramos que dichas alianzas no deben centrarse en medir el valor de la alianza en sí misma, sino que se debe adoptar una perspectiva crítica para medir ese valor.

5. Visión compartida de trabajo con la sociedad

Como hemos dicho anteriormente, los aliados deben estar convencidos del modelo de intervención y la metodología de trabajo que se va a utilizar. Para ello, existen diferentes puntos que se deben tener en cuenta, como como los colectivos que podrían implicarse en la intervención, qué criterios se van a utilizar para la selección de personas o comunidades que se apoyarán, etc.

6. Evitar el “piloto automático” en la gestión de la alianza

El éxito de las alianzas no viene determinado por el simple hecho de trabajar de forma conjunta, sino que reside en un importante esfuerzo de gestión y coordinación. De esta manera, una de nuestras recomendaciones sería contemplar siempre la gestión y administración, y asegurarse de que una de las instituciones aliadas será la coordinadora de la alianza.

7. Dar la importancia que se merece a la visibilidad

A la hora de definir la estrategia de una alianza, el aspecto de la visibilidad puede ser un tema sensible, por lo que es conveniente fijar desde el principio de la colaboración y de forma consensuada: la imagen de la alianza y cómo quedarían reflejadas las diversas instituciones miembro. Para ello, consideramos imprescindible crear un “manual de visibilidad” donde quede reflejada la estrategia de comunicación a seguir, así como los diferentes formatos y las directrices para su aplicación.

8. Reconocimiento mutuo de los miembros de la Alianzas Público Privadas

El respeto mutuo y la confianza en las capacidades de las partes de una alianza es un aspecto en el que hay que trabajar, sobre todo en los espacios en los que sigue habiendo una importante distancia entre empresas y ONG. En este sentido, las ONG tenemos una gran oportunidad para mostrar a las empresas el papel que éstas puedan tener en el desarrollo. Las Alianzas Público Privadas requieren mucho tiempo y los resultados sólo se aprecian en el medio-largo plazo.