Desde pequeños muchos de nosotros aborrecemos alimentos como los garbanzos, lentejas, brócoli… platos que nos han llevado a cientos de discusiones con nuestras madres, principalmente.

Sin embargo, debemos ser capaces de agradecerles que nos hayan enseñado, e incluso obligado, a comer las famosas y ‘temidas’ lentejas, entre otros muchos alimentos. Estos conocimientos alimenticios que nos pasan de padres a hijos, son, una parte muy importante, para evitar problemas nutricionales como la malnutrición; que en lugares, como las zonas rurales de Angola, podrían ser parte de la solución para evitar la desnutrición que sufren miles de familias.

La lucha contra el hambre a través de la cocina

No siempre conseguir aumentar la productividad de los productos de los pequeños agricultores, asegura alcanzar su seguridad alimentaria. Ayudarles a que puedan almacenar sus cosechas, diversificar los productos que cultivan y enseñarles las propiedades nutritivas de sus productos locales se presenta como otra pata importante de la lucha contra el hambre.

Por ello, desde este año en las zonas rurales de Angola, hemos comenzado a desarrollar lo que llamamos ‘talleres de cocina comunitarias’. Esta es una metodología de aprender haciendo donde impartimos, al aire libre, formaciones sobre aspectos nutricionales, con una periodicidad determinada con la comunidad. En estos talleres siempre usamos productos locales, que ellos mismos cultivan, para que puedan conocer las propiedades nutritivas de aquellos alimentos que tiene a mano. Además, existe una parte práctica en la que les contamos diferentes formas de preparar estos productos. Esto requiere que anteriormente conozcamos y estudiemos las diferentes recetas que vayamos a compartir con ellos.

Una de los aspectos más importantes de los talleres de cocina comunitarias es que deben estar adaptados a las realidades de cada comunidad. El uso de productos locales a los cuales tengan acceso es prioritario y dependiendo de la época del año, también pueden variar. Además, el desarrollarlo de forma comunitaria nos permite sensibilizar sobre la importancia de tener una buena alimentación para evitar enfermedades, que sobre todo afectan a los más pequeños.

Nuestros 2 primeros talleres de cocina sobre la leche de soja

La soja es una legumbre altamente nutritivita, al igual que otras legumbres como las lentejas o los garbanzos. En las zonas rurales de Huambo y Bié, un gran número de pequeños agricultores la cultiva; pero debido a que no conocían sus propiedades, la solían vender para comprar otros productos menos nutritivos.

Justo antes de comenzar el verano, pudimos comenzar con los dos primeros talleres de cocina comunitarias, donde la leche de soja fue el protagonista. Les contamos todas sus características y efectos positivos para la salud; y les enseñamos a fabricarla y cómo tratarla.

A través de estos talleres, madres y padres podrán conocer hábitos nutricionales buenos para ellos y transmitírselo a sus hijos. Creemos que se pueden convertir en una herramienta eficaz en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria en las zonas rurales de Angola. Y por ello, nuestro objetivo es poder llegar a impartir 50 talleres de cocinas comunitarias en los próximos meses. ¡Estamos seguros que lo conseguiremos!