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Cómo pueden los seguros contribuir a erradicar la pobreza en el mundo

El pasado jueves 6 de julio tuvo lugar el X Ciclo de RSE+D en las oficinas de The Boston Consulting Group, en Madrid. En esta ocasión, contamos para la organización con la colaboración del Club de Aseguradoras Internacionales (CAI), y con la asistencia de más de 50 personas del sector privado y del mundo de las aseguradoras.

Gonzalo Iturmendi, secretario general de AGERS, inauguró el ciclo de ponencias dimensionando la capacidad y el potencial del sector; que genera en España cada año el 5,5% del PIB y es capaz de resolver más de 5.000 problemas de muy variada índole cada 60 minutos al día. Problemas en muchas ocasiones fronterizos con la pobreza. Además, señaló que el sector de los seguros puede abordar su contribución en la pobreza desde un plano macroeconómico y otro más personal: “el cambio empieza por el empeño personal” aseguró.

Más de 4.500 millones de personas en el mundo viven con menos de 9$ al día

Por su parte, Maria Jesús Pérez, directora del Área de Investigación e Innovación Social de CODESPA, puso el foco en los microseguros como un ejemplo en el que sector empresarial está dirigiéndose a la población de menores recursos (más de 4.500 millones de personas en el mundo viven con menos de 9$ al día) como clientes, lo que les hace partícipes del mercado y les incluye en el sistema económico. En su caso, los microseguros, están ayudando a muchos sectores de la población a estar más protegidos ante posibles problemas personales o accidentes. Los ejemplos más comunes de microseguros son los seguros de vida, o los de enfermedad o accidente.

También resaltó que los microseguros son verdaderamente importantes para la lucha contra la pobreza dado que ésta está íntimamente ligada con la vulnerabilidad. Las personas de menores recursos están menos protegidas por el estado y por sus redes personales o familiares, por lo que un seguro que atenúe su vulnerabilidad tiene un enorme impacto en las familias.

Los microseguros son un ejemplo de negocio inclusivo, a través de los cuales el sector privado puede formar parte de la lucha contra la pobreza. Este tipo de negocios combaten, con lógica empresarial, un problema social como la desprotección de millones de personas. Se trata de un negocio rentable según los informes, pero no hay que perder de vista que se está atendiendo un problema social y es probable que en el camino, la empresa se encuentre con el dilema de inclinarse por un lado de la balanza y ahí es donde tendrá que estar dispuesto a perder algo para atender a esta población.

Por otro lado, Ignacio López Catalá, secretario general de Divina Pastora, contó la experiencia de esta peculiar aseguradora que nació hace 60 años de la mano de un grupo de empleadas del hogar, con el objetivo de atender a un colectivo por aquel entonces completamente desprotegido del sistema de seguridad social.

Para finalizar el encuentro, Juan Arsuaga, presidente del CAI y de LLOYD’S puso en valor el potencial del sector para paliar los efectos de los desastres “Un 1% de aumento en la penetración del seguro se refleja en un 13% de reducción en pérdidas no aseguradas y en una deducción del 22%en la presión fiscal inmediatamente posterior a la ocurrencia del evento. Esto si hiciéramos una media equivale al 2% del PIB de cualquier país”.