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El proceso de paz, una oportunidad para el desarrollo rural de Colombia

El proceso de paz, una oportunidad para el desarrollo rural de Colombia

Edier Loboa Mina nació en Santander de Quilichao, en el Norte del Departamento del Cauca, en Colombia. Tiene 37 años y vive en compañía de sus dos hijos y su mujer. Se dedica a la agricultura y a la transformación y comercialización de los productos que cultiva: panela, caña y piña.

Tanto para él, como para el resto de la población campesina colombiana, la situación de conflicto armado que vive el país desde hace más de 50 años, y que ha golpeado especialmente las zonas rurales, provoca vulneraciones de los derechos humanos y, al mismo tiempo, grandes dificultades en el acceso a las tierras.

Desde sus inicios el conflicto ha golpeado especialmente las zonas rurales de Colombia. La pobreza extrema, la falta de oportunidades y otros factores han propiciado que la violencia se instale en estas zonas.

En el año 2012 Colombia inició un nuevo proceso de paz que se basa en la idea principal de que es necesario primero parar el conflicto para después poder abrir una fase de construcción de paz. Así fue tal y como quedó reflejado en el “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz estable y duradera”, suscrito por el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en agosto de 2012 en La Habana. Este acuerdo es una hoja de ruta que detalla cuál es el propósito de este proceso, cuáles son las condiciones y cuáles son las reglas de juego.

Podemos decir que se trata de un acuerdo distinto a todos los anteriores porque esta vez sí contiene una agenda realista sobre seis puntos muy concretos:

  • Política de desarrollo agrario integral.
  • Participación política.
  • Fin del conflicto.
  • Solución al problema de las drogas ilícitas.
  • Resarcir a las víctimas.
  • Implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.

¿Por qué una “Reforma Rural Integral”?

La paz representa una oportunidad para poder transformar las condiciones que han mantenido vivo el conflicto durante tanto tiempo. No se puede lograr el progreso de Colombia de forma equitativa y sostenible si antes no se resuelve el problema del campo y se garantizan los derechos de propiedad de la tierra. Por todo ello, en mayo de 2013 se anunció el acuerdo sobre el primer punto de esta agenda, la “Reforma Rural Integral”, que se centra en el bienestar de la gente del campo, de las comunidades campesinas, indígenas, negras y afrodescendientes.

Su objetivo es transformar las condiciones del campo y lograr revertir los efectos de la violencia. Para ello, la Reforma reconoce el papel fundamental que tienen la economía campesina, la asociación y la cooperación, la generación de ingresos y empleo, la producción de alimentos, la dignificación y la formalización del trabajo.

Para que los campesinos colombianos puedan vivir en una situación de dignidad se deben cambiar de forma sustancial las actuales condiciones que se dan en el mundo rural. Por ello, los programas y mecanismos que tiene previsto implementar la Reforma tienen muy en cuenta las necesidades y particularidades de los territorios y las comunidades rurales.

En este sentido, por ejemplo, se prevé la creación de un Fondo de tierras para la paz, con el fin de beneficiar a los campesinos sin tierra o con tierra insuficiente. Este fondo se alimentará de la recuperación por parte del Estado de tierras que hubieran sido ilegalmente adquiridas.

Otros mecanismos que incluye el acuerdo son:

  • La protección de las áreas de interés ambiental.
  • Constituir una jurisdicción agraria.
  • Redireccionar el uso del suelo mediante políticas y programas de reconversión.
  • Ofrecer a los campesinos los elementos necesarios para que las tierras que reciban sean productivas, y establecer zonas de reserva campesina.
  • También se creará un sistema judicial que proteja de forma eficaz los derechos de propiedad, en especial de los derechos de los más indefensos.

Al mismo tiempo, con el fin de conseguir erradicar la pobreza, promover la igualdad y romper la brecha entre el campo y la ciudad, el Gobierno de Colombia también tiene previstos planes en infraestructuras, salud, alimentación y nutrición, vivienda, educación, agua y saneamiento, seguridad social y economía solidaria.

Edier es uno de los beneficiarios del proyecto ‘Impulsando el desarrollo de agricultores y artesanos sin recursos en Colombia’. Desde Codespa apoyamos a Edier y a otras familias campesinas de la zona norte del Departamento del Cauca a luchar para salir de la pobreza y construir la paz en Colombia, a través de la mejora en la producción de sus cultivos de caña, yuca y piña. Edier ya ha logrado aumentar sus ingresos y la optimización de la producción.