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Maman Eugénie: “He conseguido escolarizar a mi hija, que está en el sexto curso de humanidades, y también a mi hija pequeña”, #unahistoriaquecontar

Maman Eugénie: “He conseguido escolarizar a mi hija, que está en el sexto curso de humanidades, y también a mi hija pequeña”, #unahistoriaquecontar

“Mi taller existe desde hace algo más de 15 años. Comencé solo con una máquina de coser que me había comprado mi hermana mayor”. Maman Eugénie Kabeya recuerda los inicios de su taller de costura en Kinshasa, República Democrática del Congo, donde comenzó a trabajar en su propia microempresa.

Con el objetivo de poder ayudar a las personas más vulnerables como Maman Eugénie, hemos desarrollado en República Democrática del Congo un proyecto para fortalecer e impulsar el desarrollo de pequeñas microempresas sostenibles.

Como millones de congoleños, esta mujer trata de ganarse la vida en un país en el que la inestabilidad laboral y empresarial es la tónica habitual. Solo el 7% de la población tiene un trabajo, mientras que el 93% restante sale de su casa cada mañana sin saber cuál será su fuente de ingresos ese día. Los constantes conflictos armados por los recursos naturales, una alta tasa de corrupción y un éxodo rural que no deja de crecer, son las principales causas de esta inestabilidad, que no permite a la población crearse un proyecto de vida a largo plazo.

El proyecto que desarrollamos busca cambiar esta situación fortaleciendo a los pequeños empresarios que, de forma constante, se enfrentan a grandes pérdidas y dificultades para sacar sus negocios adelante. A través de la formación y facilitando el acceso a microcréditos, queremos que estos microempresarios, que viven en situación de pobreza, puedan mejorar sus condiciones de vida y convertirse en el motor de desarrollo económico y social de Kinshasa.

Maman Eugénie, que se desplaza en silla de ruedas a causa de la polio, ha luchado por su emprendimiento apoyándose en el proyecto. “Realmente he aprendido muchas cosas. Estoy muy contenta con la evolución de mi taller y ahora lo gestiono bien. Sé cómo manejar los gastos, cómo remunerar a los trabajadores, cómo ahorrar… Evoluciono bien”.

Incluso piensa en el futuro, “Me gustaría un día extender mi actividad… Aunque en nuestro país no hay medios suficientes, pero me gustaría ampliar mi negocio ya que no tengo espacio suficiente. Tengo mucha demanda pero no espacio en el que poner a más trabajadores”. Finalmente, Maman Eugénie nos cuenta el cambio, que como madre, posiblemente más le emociona: “He conseguido escolarizar a mi hija, que está en el sexto curso de humanidades, y también a mi hija pequeña”.