Haja Derouchi tiene 23 años. Esta joven marroquí ha conseguido formarse y trabajar en una pequeña cooperativa en la provincia de Oujda, una ciudad al noreste del país. Como muchos jóvenes marroquíes, Haja se encontraba sin empleo y con pocas esperanzas de encontrar un trabajo que le permitiera salir adelante y ayudar a su familia. Los índices de desempleo juvenil en Marruecos son elevados -sólo el 32% de los jóvenes entre 15 y 24 años tiene acceso a un trabajo- y muchas veces su única opción es acceder a trabajos no legalizados con sueldos muy bajos y con condiciones laborales precarias.

La grandes urbes de Marruecos ha experimentado un fuerte crecimiento económico debido a la explosión industrial de los últimos 10 años, aunque siguen existiendo grandes desigualdades económicas, tanto dentro de las mismas ciudades, como con las zonas rurales. Además, ser mujer es una dificultad extra para acceder al mercado laboral ya que, en Marruecos, 7 millones de mujeres no saben leer ni escribir, es decir, más del 40% de todas las mujeres son analfabetas.

La formación por aprendizaje, el futuro de muchos jóvenes en Marruecos

La formación profesional se ha convertido en una buena opción para mejorar las capacidades de estas jóvenes y que tengan la posibilidad de acceder a un empleo. Haja conoció el proyecto que realizamos en Oujda y en sus zonas rurales. Ella se entusiasmó con el proyecto y decidió participar para poder optar a una vida mejor, no solo para ella sino también para su familia y su comunidad. Formó parte de los cursos de formación por aprendizaje, es decir, formación teórica y práctica para aplicar lo aprendido. Estas formaciones le permitieron aprender el proceso de elaboración de los quesos.

“Este proyecto ha cambiado mi vida porque yo antes no tenía trabajo y tenía un gran vacío. Con este proyecto he conseguido aprender muchas cosas y sobretodo tener más ingresos. Así no tengo que esperar a que mi familia me de dinero. Yo me ocupo de comprar mis cosas y estoy muy contenta” cuenta Haja, feliz de poder ser independiente económicamente como sus compañeras que han logrado formarse en este oficio.

Además, sonríe cuando señala cómo su familia está orgullosa de ella y cómo este proyecto ha creado nuevas oportunidades en su comunidad. Ahora las familias pueden invertir en aumentar su ganado, ya que la leche se distribuye a través de la venta de queso y les está dando ingresos que se reinvierten en su futuro.

Desde CODESPA trabajamos para que estas jóvenes tengan la oportunidad de formarse favoreciendo su inserción socioeconómica y mejorando con ello sus condiciones de vida. Lo hacemos, en países como Marruecos, impulsando el desarrollo de iniciativas empresariales como pequeños negocios o cooperativas y a través de talleres para que las jóvenes puedan acceder a empleos con un salario digno. Suma tu voz y ayúdales a cambiar el futuro firmando aquí.