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Martinho y las tierras que hicieron “libres” a su pueblo

Martinho y las tierras que hicieron “libres” a su pueblo

Talamangolo es una pequeña cooperativa que se encuentra en las profundas tierras de Angola. Llegar a ella te lleva por caminos intransitables, donde el mejor todoterreno tendría problemas para avanzar. Sin embargo, esto da igual, ya que rara vez sus habitantes tienen la oportunidad de usar un transporte como este.

Rodeado de tierras y bajo un sol que te recuerda al de las películas, sus casas de mezcla de adobe, barro y una especie de ladrillo, crean un entorno que te transporta a las grandes imágenes de África, aquellas que cualquiera de nosotros tenemos en nuestras mentes. Nada más llegar, en el centro de la aldea se dibuja un horno de barro que ayuda a todas las familias.

Muchas de estas familias como la de Martinho, un joven de Talamangolo, viven de la agricultura. La tierra es su fuente de vida: arroz, maíz, patatas y soja se convierten en sus alimentos y también, cuando consigamos que las producciones aumenten serán su principal fuente de ingresos. Los abuelos y los padres de Martinho conocían cómo cultivar, cómo cuidar sus cosechas… pero 27 años de guerra civil erradicaron sus técnicas de cultivo.

 

Hombres y mujeres no pudieron transmitir a sus hijos su cultura, todas las infraestructuras fueron destruidas y ya nadie era dueño de sus tierras. Ahora, las cosechas de Martinho y sus vecinos no son suficientes para sus familias, y los altos precios de los alimentos básicos hacen que aldeas como estas no puedan acceder a alimentos básicos como la leche, harina, huevos… Martinho vive en una situación de precariedad absoluta: no tiene semillas, no pudo acceder a formación, pierde el 50% de sus cosechas por falta de sistemas de almacenamiento, no puede acceder al mercado en condiciones justas y, lo que es peor, no es dueño de las tierra que lleva años cultivando.

Todo esto ha provocado que al igual que Martinho, el 50% de la población viva en situación de inseguridad alimentaria, llegando a ser grave en el 21% de los casos.

Los bancos de semillas comenzaron a acabar con los meses del hambre

Talamangolo y Martinho sufren como otras muchas zonas del país los llamados meses del hambre. Se trata de los meses de diciembre, enero y febrero donde la situación se vuelve más dramática en esta pequeña aldea. Las risas de los más pequeños desaparecen y en los rostros de sus padres y madres solo se ve preocupación.

Los meses del hambre en Angola

Desde CODESPA estamos trabajando para cambiar esto, para que las risas de los niños de la aldea de Martinho no tengan que desaparecer. Los bancos de semillas son el principio, así como crear sistemas de almacenamientos que les permitan enfrentarse a los momentos más complicados.

Ahora Martinho y su comunidad saben cuidar de sus semillas y las almacenan con mimo en pequeños bidones alimenticios. Celebran días como estos, donde todos comparten sus semillas de mejor calidad, las pesan y limpian para almacenarlas y, así, a través de créditos en especie, todos los agricultores puedan acceder a semillas de calidad para las próximas cosechas.

Martinho: “El uso de bidones es muy importante para nosotros porque aquí hay muchos ratones. Cuando metíamos nuestra semilla en un saco, los ratones roían el saco y la semilla se estropeaban. Pero desde que aparecieron los bidones, hay más seguridad y las semillas se conservan durante mucho más tiempo. El bidón es muy bueno para nosotros.”

La tierra es vida

Pero todo este trabajo se podía perder, al igual que en otros países de África, la amenaza de la pérdida de sus tierras estaba presente. Martinho tenía miedo, podía perder fuente de alimentos, su fuente de ingresos.

A pesar de llevar tantos años trabajando esas tierras, no tenía un título que mostrara que él es su dueño. Junto al gobierno de Bié y la FAO, hemos ayudado a que Martinho pueda tener ese título que legalmente demuestre que él es el dueño de sus tierras, y además, también ayude a sus vecinos a conseguirlo.

Martinho y la lucha contra el hambre

“El proceso de delimitación de tierras es muy importante para nosotros, porque ahora nadie podrá venir aquí y trabajar la tierra sin nuestro permiso”, Martinho.

Ahora si aparece alguien que tiene interés en sus tierras, lo primero tendrán que preguntarles, y ellos mismos decidirán qué hacer con ellas.

Martinho “… por eso este proceso es muy importante”.

Tras más de 8 años, Martinho es una de las primeras personas de Bié (provincia de Angola) que está consiguiendo su título de propiedad de tierra. Lo vemos en sus ojos, orgulloso y conscientes de lo que están logrando, nos cuentan lo importante que es para ellos.