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Graciano: “Después de la guerra en las comunidades faltaban muchas cosas. Faltaba alimentación, faltaba ropa…”

Graciano: “Después de la guerra en las comunidades faltaban muchas cosas. Faltaba alimentación, faltaba ropa…”

Entre 1975 y 2002 en Angola se produjo la guerra más larga de África. Angola perdió su forma de vivir arrasando sus conocimientos agrarios, sus infraestructuras. Antes era uno de los principales productores de café, sin embargo la guerra lo cambió todo. Causo altos niveles de inseguridad alimentaria y hambre en el país, provocando que el simple gesto de llevarse un alimento a la boca, sea complicado para muchos angoleños.

En Huambo, Angola la inseguridad alimentaria y el hambre llegan al 92,5% de la población

La inseguridad alimentaria persiste entre su población. En zonas rurales, como en la provincia de Huambo, 9 de cada 10 personas sufren hambre.

Graciano y su familia forman parte de estas comunidades. Los hombres y mujeres no pueden hacer una vida activa y sana; los niños y niñas carecen de la fuerza necesaria para estudiar o jugar; y el embarazo supone un riesgo para la mujer y el bebé.

“Después de la guerra, en las comunidades faltaban muchas cosas. Faltaba alimentación, faltaba vestuario, faltaban herramientas para la agricultura, faltaban semillas…”

Graciano vive en un pequeño pueblo llamado Ngove, en la provincia de Huambo. Los recursos que tienen no son muchos y las grandes distancias son un problema. El simple hecho de llevar sus hijos a la escuela o conseguir los alimentos para su familia, era imposible.

Graciano: impulsor del cambio

Las escuelas de campo se convirtieron en un aprendizaje contra el hambre. En ellas no solo aprenden técnicas de cultivo o a diversificar sus cosechas, también aspectos nutricionales de la soja. Así, la soja se convierte en un alimento perfecto para luchar contra la desnutrición, como por ejemplo la leche extraída de ella, un alimento perfecto para los niños y niñas de la comunidad.

“Pero ahora, con CODESPA, usamos la técnica para cultivar; tanto en la soja, como en la col, en el repollo y el tomate, dejando el espacio necesario entre ellas. Tenemos estudios teóricos y estudios prácticos. Por eso, nuestra producción ha mejorado.”

La vida de Graciano y su familia ha cambiado enormemente. Estos conocimientos están transmitiéndoselos a sus familiares y, poco a poco, también llegan a todas las comunidades, sobre todo a las mujeres. Como si fuera un ‘meme viral’ el conocimiento se está extendiendo entre todos los agricultores más pobres.

Somos testigos de la victoria en la lucha contra el hambre

Sus cosechas están pasando de 100 a 900kg, con un impacto directo en la mejora de la alimentación de sus familias. Han comenzado a vender parte de su producción, obteniendo ingresos que invierten en mejorar sus futuros cultivos para luchar contra el hambre, así como en que sus hijos puedan ir a las escuelas y comprarles libros para estudiar.

Desnutrición infantil

“Cuando CODESPA se vaya, yo tendré que continuar haciendo lo que aprendí de CODESPA porque de lo contrario significaría que no aprendí nada de CODESPA”, Graciano

Ya hemos impulsado 24 escuelas, pero solo es el principio. Queremos ayudarles a ser independientes. Que su familia pueda acceder a los alimentos que necesitan, que sus hijos estudien y sean tratados respetuosamente, pero necesitamos tu ayuda. Conoce cómo ayudarles en “Escuelas de campo: aprendizaje de futuro en la lucha contra el hambre”.